martes, 7 de agosto de 2007

Mi sensei, mi hermano.

La vida pasa tan deprisa... ¿cómo he podido llegar a este punto?, ni siquiera lo vi venir. Hace apenas nada mi hermano pequeño y yo jugábamos juntos, y hoy me he dado cuenta de que ya es todo un hombre.

Todas aquellas veces que te aparté de mi lado porque no podía conmigo misma y te condené a crecer solo... no sabes cómo me arrepiento. Siento tantísimo que las cosas hayan sido así, que hayamos acabado separándonos tanto como para no vernos en días a pesar de vivir en la misma casa.
Te echo de menos, te echo muchísimo de menos, al igual que aquellas charlas que teníamos durante horas en las madrugadas, esos capítulos de City Hunter que aguantábamos despiertos hasta altas horas de la madrugada sólo para verlos juntos (algunas veces nos venció el sueño ¿eh?), esos episodios de Luz María, esas partidas a la consola, a las
Magic, esas partidas tuyas de rol... siempre pensé que yo por ser mayor te enseñaría a tí más cosas, pero resulta que tu me has enseñado bastante más, y no me refiero sólo cuando me enseñaste a ser Master... tu eres el sensei y no yo.

¿Ya no se puede hacer nada verdad?, nunca recuperaremos el tiempo que perdimos, y ahora tu tienes tu vida, tus amigos; y yo... yo... te echo de menos. Y creo que nunca te lo he dicho pero... Te quiero.

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