viernes, 31 de diciembre de 2021

2021: Balance del año

El año más difícil de mi vida finalmente termina. El terremoto que ha supuesto este año, no solo ha sacudido mis cimientos y los de mi familia, sino que también ha abierto grietas profundas en el alma, el corazón y la mente de la mayoría de nosotros. 

Uno nunca está preparado para recibir el impacto que supone darte cuenta de que tus seres queridos son mortales y que en cualquier momento, su presencia en tu vida puede verse bruscamente finalizada. Ese es el terror más infinito que he experimentado nunca, y me sigue volviendo el cuerpo del revés cada vez que pienso en ello. 

He vivido la primera mitad del 2021 padeciendo covid persistente y la segunda mitad padeciendo un sufrimiento emocional bestial. No han sido pocas las veces que he sollozado diciendo "No puedo más", que me he encontrado al límite de todos mis límites y aún así he tenido que sacar fuerzas para atender a mi madre, cuidarla y ser para ella el hombro al que aferrarse. No era consciente de lo pasada de rosca que estaba, hasta el día en que fui a una revisión rutinaria con mi enfermera y nada más sentarme en la silla de su consulta, me puse a llorar espontáneamente. Ese día fue el día en que me quebré del todo. A partir de ahí necesité ansiolíticos y cuando éstos no funcionaron, me dieron paso a los antidepresivos. Si tengo que ser sincera, no sé cuando empecé a mejorar, pero en algún punto lo hice y sigo pasito a pasito en este camino de recuperación a día de hoy. No sé cuánto camino me queda por delante, pero puedo decir que eso es algo que ya no me preocupa.

Gracias a Dios, la lucha de mi madre va sin prisa pero sin pausa, y eso lo es todo. Es mi todo en estos momentos. Así que tengo que levantarme, sacudirme el polvo y seguir caminando sin perder más tiempo pensando en el tropiezo que he dejado atrás. Ella me necesita... tanto como yo a ella.


-Una cosa que he aprendido este año: nuevas formas de respeto y admiración por mi madre.

-Una cosa que he recordado este año: lo mucho que quiero a mi madre y lo maravillosa que es.

-Una cosa que olvidaré de este año: las cosas banales.

-Una cosa que no olvidaré de este año: la piña que hicimos todos el fatídico día del diagnóstico y cómo ella está luchando como una jabata.