martes, 22 de noviembre de 2011

"Salsa criolla" Enrique Pinti

Enrique Pinti es un famoso humorista argentino al que le tengo un cariño muy especial. Tras haberme tragado varias de sus representaciones teatrales y saberme de memoria buena parte de ellas, hoy quería compartir este fragmento final de su obra de teatro "Salsa criolla", del año 1994. Sé que puede resultar un pelín complicado cogerle el ritmo al principio, porque habla realmente rápido y si encima no estáis acostumbrados a las expresiones argentinas, ni a la situación política de Argentina por aquel entonces, os va a resultar un poco complejo, además de que no váis a pillar algunos chistes, pero os aseguro que si llegáis al final, va a merecer la pena. Confiad en mí :).



Espero que comprendáis que no ponga la transcripción literal completa, porque podría hacerlo y sería todo un detallazo por mi parte, pero es una labor titánica para la que no estoy segura de estar a la altura (y eso que lo he intentado, pero cuando he visto que en el primer minuto ya llevaba más de 20 líneas, casi me da un algo de imaginar los restantes 24 minutos del fragmento).
Lo que sí voy a hacer, es transcribir una parte, y dice así:


"...La única cosa que va a quedar, es lo que hicimos por amor. La única cosa que va a quedar, es el artista que todos tenemos acá dentro, creativo, loco y libre. Yo lo sé… yo lo sé porque hace un tiempo atrás, descubrí unos cuadernos míos de la escuela primaria con unos dibujos hechos por mi viejo. Mi viejo era un empleado del ministerio de obras públicas que no había tenido la suerte de poder ir a ninguna academia de dibujo a perfeccionarse, pero que lo hacía mejor que nadie porque era su artista, era lo que él  hubiera querido ser y la vida no lo dejó.  Pero en vez de amargarse porque nunca iba a poder ser un gran profesional del dibujo, él siguió dibujando en los ratos libres. Y Dios lo premió… con mi inhabilidad para el dibujo. Yo era muy malo para dibujar y la maestra pedía muchos dibujos aquel año. Y yo le pedí que me hiciera algo para un 25 de mayo, y él me hizo un cabildo divino y la maestra me puso un 10. Y él me lo siguió haciendo para siempre,  pero no lo hacía para salvarme de los ceros de la maestra porque en otras materias no me ayudaba, lo hacía porque se sentía bien. Y lo hizo porque me quería y me quería dejar algo, algo que materialmente él sabía que iba a ser mucho más durable de lo que fue su propia vida… y no se equivocó. Porque mi viejo se murió hace 32 años, pero los dibujos están... y es como si no se hubiera muerto él. Es como si la mejor parte de él, se hubiera quedado aferrada a esos dibujos que hizo por amor, por creatividad, por talento, por falta de prejuicios, por amor a los demás, por amor a sí mismo... es lo único que queda. Cuando abrí los cuadernos lo tuve tan claro, pero tan claro, que dije entonces lo bueno va a quedar. Lo bueno de cada uno de nosotros debe haber quedado en algún lugar, porque sino este mundo se hubiera destruido ya con tanta guerra. Si el mundo está en pie, es porque los sueños de los que mueren por sus sueños, quedan en el aire y nos ayudan a respirar. Cuiden los artistas, lo demás pasa, ¡puta si pasa!... y a veces tan rápido ¡carajo!..."



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