lunes, 21 de noviembre de 2011

Resaca electoral

Madrid amaneció gris y lluviosa. Aparte del frío, lo que se siente en el ambiente es la resaca electoral del domingo. Ganó el PP, con una mayoría aplastante, o también podemos decir que perdió el PSOE con una derrota igualmente aplastante.



No me gusta meterme en temas de política, ni lo pretendo, así que lo que me queda por añadir a esto, es que espero que los cambios que necesitamos todos, que necesita este país, empiecen a darse cuanto antes para que podamos reconstruir las ruinas que nos ha dejado la crisis y la mala gestión del gobierno de Zapatero. Porque, seamos honestos, dejando a un lado las inclinaciones políticas de cada uno, hay que reconocer que el último gobierno ha sido nefasto. Las cifras están ahí y no engañan, como tampoco engañan las caras desesperadas de los más de 5 millones de parados que necesitan una solución urgente a la situación crítica en la que viven ellos y sus familias.
Saldremos de esta, de verdad. Ya lo hicimos años atrás y lo volveremos a hacer, pero me veo en la obligación de advertir que lo que nos queda por delante, es un largo camino de trabajo muy duro. La esperanza del cambio y la ilusión del nuevo gobierno están muy bien para infundir ánimo a los que estamos desesperados, pero que nadie dude de que las cosas se consiguen con trabajo y esfuerzo, y nosotros necesitamos mucho de ambos para salir del pozo de mierda en el que estamos metidos hasta las orejas.

Cambiando de tema, me sorprende ver cómo cada año que pasa la Navidad llega antes. Concretamente un mes antes, y es que los escaparates ya empiezan a lucir sus galas más navideñas. Lo único que consigue esto, es producirme un agobio espantoso, tanto que ya estoy empezando a estar harta de tanto ambiente navideño y aún me queda un mes por delante...

Otra cosa que me resulta curiosa es lo fuerte que puede ser una pequeñísima ilusión para alguien que está desesperado. Con este panorama y con la que está cayendo, hubiera jurado que nadie tenía animos para comprar lotería de Navidad, pero las colas que comienzan a formarse en Doña Manolita, consiguen dejarme perpleja una vez más.

En fin, creo que me abrigaré bien, cogeré mi paraguas y saldré a comprar el pan. No me apetece mucho, pero alguien tiene que ir. Además creo que el paseo me vendrá bien, estoy empezando a notar que el otoño va a afectar a mi estado de ánimo el día de hoy...


No me gustan los días lluviosos... me ponen triste...





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