martes, 8 de mayo de 2007

"Hola, ¿Bailas conmigo?"...

–“Hola, ¿Bailas conmigo?... No, no puedo decirle eso, aunque sea cortesana sigue siendo una dama... ¿Sería tan amable de concederme el honor de este baile?... no tampoco, demasiado ceremonioso para una puta”.
Vincenzo iba sumido en estas cavilaciones mientras cruzaba a toda prisa el Ponte di Rialto. Era la primera vez que le invitaban a un baile de mascaras en la Ca’ D’oro, y se encontraba muy inquieto. Hacía apenas dos meses que había cumplido los 15 años y por lo tanto se consideraba que ya había alcanzado la mayoría de edad. Su tío, el conde Vestini, había movido algunos hilos entre sus influyentes amistades, para que la cortesana más famosa de Venecia, acudiera a la celebración que tenía lugar aquella noche en el palacio. Tenía la intención de que su sobrino se presentase en sociedad por todo lo alto y para ello no se le ocurrió nada mejor que hacerlo de la mano de Fiorella Mirelli.

Al doblar la esquina y entrar en la calle que le conduciría directamente al palacio, las campanadas del reloj de la iglesia anunciaron las nueve en punto, por lo que Vincenzo tuvo que agilizar el paso para no llegar tarde. Unos escasos metros antes de llegar a la puerta del palacio, el joven vio que una majestuosa y barroca carroza blanca y dorada se paró frente a las puertas de la Ca’ D’oro, mientras el chambelán bajó del pescante para abrir la puerta y colocar una banqueta de terciopelo rojo en el suelo. Un pie femenino se posó suavemente en ella y una dama, elegantemente vestida, bajó de la carroza con gesto grácil para adentrarse posteriormente en el palacio.

–Tiene que ser ella –se dijo Vincenzo reduciendo la velocidad para recuperar el resuello y colocándose correctamente la capa negra y el antifaz, antes de hacer su aparición en la entrada de la residencia.
El muchacho quedó maravillado con la fastuosidad que se exhibía ante sus ojos. Cientos de velas alumbraban el interior del palacio haciendo que su dorada ornamentación refulgiera todavía más bajo la negra noche. Sirvientes engalanados que portaban bandejas con manjares y copas de un lugar a otro del gran salón, se entremezclaban con los invitados que charlaban, bailaban y reían alegremente bajo sus máscaras rompiendo, de vez en cuando, la delicada armonía de la música que se extendía flotando por cada rincón del edificio.Vincenzo buscó entre el gentío a la elegante dama que había visto instantes antes, pero no logró encontrarla. Sin embargo, por los ropajes, sí distinguió a su tío quien conversaba animadamente con varias personas y decidió acercarse hasta ellos. Tras las presentaciones de rigor, el conde Vestini pidió a su sobrino que lo acompañara, y disculpándose, ambos abandonaron el grupo.

–Atiende bien muchacho, la mayor parte de la sociedad veneciana está aquí esta noche y estarán pendientes de ti en todo momento. Debes comportarte como sólo sabe comportarse un Vestini –aconsejó el conde mientras iba saludando con una sonrisa y una leve inclinación de cabeza a cuantos cruzaban la vista con él.
–Sí, tío.–El prestigio de la familia está en juego, no lo olvides.–Sí, tío –repitió el joven angustiándose por momentos.


Por fin, después de un paseo que a Vincenzo se le antojó inacabable, llegaron al otro extremo del gran salón. Allí, tras un gran corro de caballeros, se encontraba Fiorella sentada en un sofá abanicándose suavemente.

–Disculpen caballeros –dijo el conde abriéndose paso, seguido por Vincenzo.–Señor Vestini... qué honor para mí que venga expresamente hasta aquí sólo para saludarme –dijo Fiorella dejando ver media sonrisa bajo su máscara. El resto de caballeros que estaban a su alrededor le rieron el comentario al unísono.
–Mi querida señora, siempre es un placer saludaros –contestó el conde acercándose para besar la mano de Fiorella quien hizo un gesto de aprobación.–Por lo que veo, no venís solo –añadió al ver a Vincenzo.
–Acertáis, este es mi sobrino Vincenzo –presentó el conde apartándose un poco para que el joven pudiera acercarse.
–Es un placer conoceros –dijo el muchacho imitado a su tío y besando la mano de Fiorella.
Ella nunca hubiera prestado la más mínima atención a un chiquillo como aquel, después de todo sus numerosos amantes eran mucho mayores que él. Sin embargo no era tonta, se trataba del sobrino de uno de los hombres más influyentes de Venecia, y sabía que le convenía ser amable con él. Además, a Fiorella le divertía ver la turbación que provocaba en los hombres y estaba claro, por el temblor de las manos de Vincenzo al tomar la suya, que el joven había quedado impactado.
–Qué joven tan encantador –exclamó ella provocando que las mejillas de Vincenzo se arrebolaran y que éste no acertara a pronunciar palabra alguna.El conde dio un disimulado codazo a su sobrino y éste al fin reaccionó. Aclarándose la garganta y extendiendo su mano hacia Fiorella, dijo:–¿Bailaría conmigo?.Fiorella asintió levemente y se levantó del sofá asiendo suavemente la mano del joven. El conde sonreía satisfecho en contraposición con el resto de caballeros, quienes lanzaron furibundas miradas a la pareja, que se alejaba hacia el centro del gran salón en dirección a la pista de baile.
Vincenzo estaba tan nervioso que por un momento olvidó todo lo aprendido los últimos meses en sus clases de baile. Por fortuna Fiorella parecía más segura y se encargó de colocarse en la posición correcta y hacerle una fugaz indicación para que él se colocara también. La música empezó a sonar dando comienzo al baile y Vincenzo, poco a poco, iba recordando los pasos aprendidos que ejecutaba de forma mecánica, pues lo único que centraba toda su atención era la hermosa cortesana. Bajo su máscara, el joven adivinaba una belleza insolente de labios carnosos y ojos esmeralda, y más abajo, el escote de porcelana dejaba entrever unos senos generosos y turgentes cuya visión le hipnotizaba por completo. Su corazón latía fuertemente y su sangre bullía alborotadamente por sus venas provocándole un calor inesperado del que trataba de librarse aflojando constantemente el cuello de su elegante camisa. Ella, complacida, sonrió al ver el efecto que causaba en él y se dio cuenta de que todo le iba a resultar más fácil de lo que había pensado en un principio.

Las ultimas notas musicales se desvanecieron en el ambiente y el baile se dio por concluido entre los aplausos de todos los asistentes. Fiorella, se aproximó a Vincenzo y acercándose a su oído le dijo entre susurros:
–Salgamos fuera, aquí hace mucho calor.
El joven, avergonzado por no haber sabido disimular mejor su sofocación, obedeció y ambos cruzaron el salón hasta perderse de vista. Fiorella conocía bien el palacio, había acudido en más ocasiones, aunque aquella era la primera vez que no lo hacía a escondidas de la esposa del dueño. Atravesaron el vestíbulo, subieron las escaleras de mármol hasta el primer piso y una vez allí, siguieron el corredor y se pararon frente a la segunda puerta de la izquierda. Fiorella rebuscó en su escote y sacó una pequeña llave dorada que encajó en la cerradura descorriendo el pestillo. Giró el pomo de la puerta lentamente para no hacer ningún ruido y después de que ambos se hubieran introducido en el aposento, cerró la puerta y volvió a encajar la llave en la cerradura dándole vueltas hasta que corrió el pestillo nuevamente.
–Aquí estaremos más cómodos y nadie nos molestará –le dijo a Vincenzo.


El joven, nervioso, se sentó en el borde de la cama sin saber dónde poner sus sudorosas manos, pero sin poder apartar la vista de Fiorella ni un instante.Ella se humedeció el dedo índice pasando la punta de su lengua con una pícara sonrisa, y aproximándose a los candelabros, apagó varias de las velas sumiendo a la estancia en un ambiente más íntimo. Con sumo cuidado, se desprendió de su antifaz y lo arrojó encima del tocador, para después acercarse lentamente a Vincenzo. Una vez que estuvo frente al joven, lo empujó suavemente hacia atrás hasta tumbarlo totalmente en la cama quedando ella sobre el cuerpo de él.Vincenzo notaba cómo su excitación se hacía cada vez más evidente y ella supo que había llegado el momento. Lenta y delicadamente besó los suaves y cálidos labios del muchacho, quien comenzó a explorar la boca y la lengua de Fiorella con avidez. Su respiración se tornaba cada vez más acelerada y sus manos acariciaban firmemente los muslos de la cortesana. Poco a poco, el ímpetu de Vincenzo fue decayendo de tal modo, que en pocos segundos yacía inconsciente bajo Fiorella.La mujer despegó sus labios de los del joven con una gran sonrisa de satisfacción y comprobó su pulso, su respiración y sus latidos. Todo normal, Vincenzo disfrutaba ahora de un profundo sueño, y ella podía por fin dedicarse a lo suyo. Antes de proceder al registro de las ropas del muchacho, Fiorella extrajo de su escote un minúsculo tubo de cristal y tras destaparlo, impregnó levemente la punta de su dedo índice para después pasarla por sus labios. No podía dejar que se echara todo a perder si Vincenzo se despertaba, por eso debía asegurarse de que si eso ocurría, tendría suficiente dosis de narcótico para dejarlo nuevamente fuera de combate. Después de todo, ella había desarrollado la inmunidad a ese narcótico y no podía determinar con exactitud la cantidad que necesitaba cada persona para caer en la inconsciencia. Por ese motivo, siempre guardaba una dosis extra de la sustancia en un sitio seguro.

Una vez que Fiorella volvió a ocultar el tubo en su escote, se dispuso a registrar al joven, pero para su desesperación no encontró nada que le pudiera servir.–¡Estúpido crío! –bramó enfurecida ante la idea de haber perdido el tiempo con aquel chiquillo. Fiorella se levantó de la cama, desnudó a Vincenzo y acto seguido se desnudó para envolverse después en la sabana que sustrajo de la cama. Cuando Vincenzo despertara, sin duda creería que se habría acostado con ella aunque no sería capaz de recordar nada debido a la terrible sensación de embriaguez que tendría.La cortesana abrió una de las puertecitas de la cómoda y sacó una botella de licor y dos vasos que llenó con el liquido de la misma. En uno de ellos, vertió unas gotas que obtuvo del compartimento secreto de su anillo y removió con sumo cuidado para que se mezclara bien con el licor. Mientras esperaba el inminente despertar de Vincenzo, urdía una serie de preguntas que le haría al joven para sacarle valiosa información sobre su tío. No estaba dispuesta a desperdiciar una oportunidad como aquella y dio gracias a que siempre contaba con un plan b y unas gotas de Suero de la Verdad.


Continuará... o no. Depende de las peticiones ;)
A mis jugadores de 7º mar.
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11 comentarios:

Óscar Sejas dijo...

Me quito el sombrero ante éste relato. Sin duda alguna lo mejor que he leído de ti hasta la fecha. Me has mantenido enganchado todo el tiempo y te aseguro que eso no es fácil. ¡Quiero más partes, quiero saber a que se dedica Fiorella exactamente y que planes tiene entre manos. Esperaré con ansía.

Un abrazo

atenea dijo...

Ay pobreeeeeee me ha dado una pena del chico... ufff pero me ha encantado, describes cada movimiento, cada detalle y consigues que realmente veamos la escena :)

Continuará continuará... andaaaaaaaaa que queremos saber que pasa, a que sí?? jajaja en serio, la historia promete así que ya sabes lo que te toca ;)

Besos!!!!

Pedro dijo...

¡Quiero más! La trama es muy interesante y te deja en lo mejor. Vaya narración más envolvente y fluida, me has dejado realmente encantado, has recreado un ambiente veneciano con exquisito detalle ( Lo único el carruaje, que salvo en la plaza de San Marcos, no creo que se mueva mucho más lejos) Yo estaba bastante contento con mi cuento pero esto es dificil de igualar...


pd: ¿Septimo mar? tengo ganas de jugar, yo soy master de leyenda y los sistemas se parecen. Mi partida más famosa es "Venecia" para vampiro edad oscura :)

Anónimo dijo...

Continuará, continuará!!! que yo quiero saber más! Porque de la cortesana esta uno se puede esperar cualquier cosa!! Parece la bisabuela de Mcgyver (o como quiera que se escriba) jajaja
Me ha gustado mucho nena, y estaré encantada de volver a venir para saber como continúa esta historia. Mil besotes y mil aplausos por tu relato!

P.D. Bienvenida a Blogspot, así da gusto leer, que con tu blog de msn me las veía y me las deseaba muchas veces... ;)

Anónimo dijo...

Hummmm, qué calientapollas es la tía no?? jajaja y qué bruja!! Narcóticos en el escote, compartimento en el anillo, belleza inconfundible... pfff lo tiene todo muy planeado eh. Y claro, el pobre chiquillo, virgen y en la flor de la vida, pobrecillo se va a pensar que a perdido la virginidad con el pibón del reino y va a ser que no jaja.

Continua continua que quiero saber qué pasa!!!

Un abrazo!

tormenta dijo...

ais que grande eres Malena!!! qué fluidez, qué delicia... y sobre todo qué historia!!
y preguntas si continuar? jo, pues mas te vale XD
Preciosistas descripciones y narración perfecta.
Te aseguro que alucino contigo, cada vez me gustas más.
Un beso grande guapisima, y gracias por esto

tormenta dijo...

aaaaah que se me olvidaba... muy bonito tu nuevo blog!

vran dijo...

Pues vas a tener que continuarlo. Por preguntar ;-P
Es un cuento que engancha, se lee fácil y las descripciones ayudan bastante.
Los diálogos están bien formateados (creo que no se me ha escapado ninguno X-D). Aunque he visto un par de erratas. Hay una en la frase que empieza "El muchacho quedó maravillado con la fastuosidad" (sobra una a), y otra en donde dice "estarán pendientes de tí en todo momento" (ti no lleva tilde); y no funciona el enlace a Ca'D'Oro.

PD: Me gusta como está quedando el blog. Y estoy de acuerdo con María, yo también tengo problemas a veces para leer los blogs del msn.

Anónimo dijo...

Gracias a ti Malena por permitirnos disfrutar con este lujo de narración ademas de que discurre por la cittá de mis sueños! Venezia!! Has estado allí ?? Ese puente Rialto, escenario ideal el que de forma tan bella describes en esta novela (porque la vas a continuar verdad???) con un lenguaje rico en contenido y al mismo tiempo fluida su lectura consiguiendo que la fusión de nuestra imaginación con el texto sea genial, atravesando las estancias de los palacios venecianos entre el bullicio del carnaval, el dulce sonido del mar y el no menos emocionante silencio mientras ella, predecesora del multiusos (colgante,anillo,suero..) :) despliega su arsenal y encantos.
Per favore avanti Malena!!! Continuala!
Un abraccio!

Anónimo dijo...

¿Que pasa?, ¿Que c... pasa?, Sí seguro que algo en el puento de los suspiros. Aiiins ¿en San Marcos tal vez?.Muy bueno. salu2.

Anónimo dijo...

Niña sigue el relato, ke ya me he kedado kon las ganas de saber ke pasa (y no me gusta nada eso de ke me dejen kon las ganas jajajaja).
La verdad es ke esta muy bien. Lo uniko ke me txoka un poko, es kizas, ke lleva demasiadas kosas en el eskote no?.