lunes, 11 de junio de 2007

El gatito correteó juguetón entre sus piernas...


El gatito correteó juguetón entre sus piernas buscando un poco de atención. Le propinó varios zarpazos a la negra túnica entre la que se enredaba y hasta la mordisqueó, pero sus intentos fueron totalmente en vano.
–Ahora no –le dijo el dueño de la túnica sin levantar la vista del gran libro donde hacía anotaciones sin cesar.
El gato dio un resoplido de fastidio y se fue a rebuscar algo que pudiera echarse a la boca, dejando solo al hombre en aquella estancia.
La tenue luz de las antorchas ancladas en las paredes de roca, aportaba una ligera claridad a la lóbrega habitación. El tono rojizo oscuro de la roca, la falta de decoración y la ausencia total de ventana, la hacían aún mas tétrica, pues lo único que allí había, en el centro mismo de la habitación, era un pedestal que sostenía un gran libro de cuero marrón y un polvoriento reloj de arena situado a su siniestra.
–Estúpido gato, todavía no entiendo como vino a parar aquí –murmuró mientras movía su pluma dorada sobre el libro garabateando nombres y tachando con un borrón algunos de los nombres que ya estaban escritos, los cuales, se diluían lentamente hasta desaparecer por completo. En su lugar aparecía un único símbolo del que podían distinguirse tres variantes en su grafía: una efe mayúscula invertida, una efe mayúscula girada sobre sí misma y una efe mayúscula tumbada sobre su extremo más largo.
La escasez de luz no impedía al hombre llevar a cabo su tarea con precisión, puesto que manejaba con destreza pasmosa el movimiento de la muñeca, dando la sensación de que su mano tenía vida propia y escribía por él.
De repente, la pluma se detuvo en seco cuando el hombre leyó el ultimo nombre que acababa de anotar en el gran libro. Inmediatamente dio la vuelta al reloj de arena que se paralizó por completo y abandonó la estancia a toda prisa. Atravesó un vestíbulo y llegó a una gran puerta negra de metal forjado que se abría chirriando ruidosamente sobre sus goznes a medida que el hombre se aproximaba a ella.
Al cruzar la puerta se encontró con el espectáculo dantesco que tenía lugar en aquella nueva sala: cientos de esclavos desnudos, hombres, mujeres y niños se encontraban atados entre sí con cadenas y grilletes tanto en el cuello, como en manos y pies. Algunos demonios que se ocupaban de dirigir a las hordas de humanos hacia otros lugares, chasqueaban sus látigos en el aire arrancando sollozos, súplicas y gritos desgarradores. Pero los demonios, impasibles, descargaban sobre los esclavos toda su furia sobrenatural abriendo sus carnes, de las que manaba roja la sangre a borbotones, para al instante volver a cerrarse la herida y repetir así el ciclo de sufrimiento eterno.
Más hacia el centro de la sala, una larga fila de humanos todavía vestidos, miraban con horror y con rostros desencajados el castigo que se les estaba propinando a los esclavos. Dicha fila se encaminaba hacia una pequeña mesita donde otro demonio efectuaba un registro de nombres y se encargaba de enviar a cada uno de ellos a las partidas de esclavos, a las cámaras de tortura o a otros lugares, dependiendo de la clase de pecados cometidos durante su vida en la tierra.

El escriba cruzó como una exhalación la sala y llegó hasta el fondo de la misma para girar a la izquierda abandonando el lugar a toda prisa y adentrándose en un largo pasillo. En éste, optó por dirigirse hacia la puerta situada más al fondo, sobre la cual, un pequeño cartel informaba que se trataba de la sala 666. Una vez frente a la puerta, golpeó 6 veces con los nudillos y esperó a que una espeluznante voz que surgió del otro lado le diera permiso para entrar.
–Majestad, una de ellas acaba de nacer –dijo el escriba acercándose reverenciosamente hacia el gran trono de ébano que presidía la sala. Dos pupilas rojas centellearon en la negrura.
–Excelente –siseó satisfecha la figura sin abandonar le penumbra que engullía su trono–. Tráeme a Mefistófeles.
El escriba asintió y con una exagerada reverencia abandonó de nuevo la sala para ir en busca de Mefistófeles. Esta vez se dirigió hacia una sala identificada por una placa como “Cámara de torturas” y un hedor a sangre, sufrimiento, azufre y maldad le dio en la nariz cuando abrió la puerta.
Toda clase de torturas inimaginables se estaban dando lugar en aquella inmensa habitación: Hitler era eternamente gaseado hasta la asfixia en una cámara de gas, Adán era aplastado por una colosal roca una y otra vez, Al Capone y Stallin eran descuartizados por un hercúleo demonio que arrancaba sus miembros de cuajo, los cuales volvían a crecerles instantáneamente. Y en el aire... en el aire flotaban lamentos y gritos de dolor desgarradores que se entremezclaban con demoníacas risotadas y aullidos de triunfo y satisfacción.
El escriba buscó con la mirada a Mefistófeles y se dirigió hacia él cuando lo halló sonriendo al ver como era empalado vivo Gengis Kan.
–Él te manda llamar, una de ellas ha nacido –le dijo escuetamente. Mefistófeles no dijo ni una palabra y abandonó la sala seguido por el escriba para dirigirse a la sala 666.
–Majestad... –pronunció por fin Mefistófeles ante el trono del príncipe de las tinieblas.
–La hora ha llegado Mefistófeles. Te confío esta tarea puesto que eres uno de mis más leales súbditos. Uno de ellos acaba de nacer, en este caso es una hembra humana, ya sabes lo que has de hacer. Un alma como la suya es un bien preciado para ambos bandos, no olvides que los otros también enviarán a alguien para tratar de atraerla a sus filas. Recuerda que debes hacer que ella desee entregármela libremente, sino no podremos hacernos con todo su poder, puesto que un alma robada pierde una parte de su esencia quedando atrapada en el cuerpo, y así no me sirve. La quiero intacta.

Mefistófeles asintió y las rojas pupilas que lo escudriñaban desde la oscuridad del trono refulgieron de malignidad.
–Ve y tráemela –le ordenó.


El escriba y Mefistófeles hicieron una reverencia abandonando seguidamente la sala para dedicarse cada uno a sus tareas. Mefistófeles, que iba delante, tropezó con el gatito juguetón al salir de la estancia y le propinó un tremendo puntapié que el gato esquivó ágilmente haciéndole huir despavorido.
Justo en el mismo instante en que cerraron la puerta tras de sí, unas atronadoras carcajadas maléficas estremecieron los cimientos del infierno.


En otro lugar...



El gatito correteó juguetón entre sus piernas y el muchacho lo cogió para acariciarlo y hacerle carantoñas.
–No sé cómo habrás llegado hasta aquí, pero eres un gatito muy bonito –le dijo mientras le rascaba la panza y el gato ronroneaba con una cara de satisfacción bastante cómica que le arrancó una sonrisa al muchacho.
–Melvin... –dijo una voz apareciendo de repente a sus espaldas asustando al muchacho y al gato que saltó de los brazos de este para salir corriendo a esconderse.
–Metatrón .. ¿qué sucede? –le preguntó al ver la expresión de preocupación que arrojaba su tenso rostro.
–Tengo una misión para ti –contestó.
–¡Estupendo, por fin me dan mi primera misión! –exclamó el muchacho lleno de alegría.
–No te alegrarás tanto cuando sepas de qué se trata –le dijo–. Escúchame bien Melvin, esta es una misión de suma importancia y no me corresponde a mí cuestionar las ordenes que vienen directamente de Él, así que presta atención porque es muy importante que entiendas bien todo lo que te voy a explicar.
La alegría se diluyó del rostro de Melvin para dar paso a la misma expresión de preocupación que manifestaba Metatrón.
–Uno de ellos ha nacido, se trata de una hembra en esta ocasión. Desde este momento tu serás su ángel de la guarda, esa es la misión que te ha sido encomendada. Recuerda que no debes influir en ella de ningún modo, no puedes quebrantar las reglas, el libre albedrío es la voluntad divina, Melvin. Ya sabes que no puedes contestar las grandes preguntas de los humanos, no te corresponde a ti responder esas cuestiones y no has sido enviado para responderlas, sino para proteger a la chica. Uno de los Otros ha sido enviado para dar con ella, debes ponerte en camino inmediata...
–¿Cómo? ¿Uno de los Otros ha sido enviado ya? –interrumpió Melvin alarmado.
–Así es muchacho, comprenderás la urgencia de tu partida y de...
–¡No puede ser! Tiene que haber un error Metatrón. Yo sólo soy un ángel novato, no pueden haberme enviado a mí para esta misión, debería hacerla alguien como Gabriel o Miguel o alguien con más experiencia.
–Él tiene sus propios planes, ya deberías saberlo Melvin.
–Pero... pero...
–Escucha muchacho, no fue fácil conseguir esas alas ¿verdad que no? –Melvin negó con la cabeza– Si las tienes es porque te las has ganado, estoy seguro de que podrás hacerlo y como ves no soy el único que confía en ti para llevar a cabo esta misión. Melvin, abrumado por la inmensa responsabilidad que se depositaba sobre sus hombros, comprendió que Metatrón tenía razón, y que si habían confiado en él para esta misión no podía defraudar. De modo que inspiró profundamente y sonriendo sentenció:
–Estoy listo.

Metatrón puso una de sus manos sobre el hombro del muchacho y le sonrió levemente para después decirle:
–Él está contigo.
La sonrisa de Melvin se engrandeció y un brillo especial asomó a sus pupilas. Estaba preparado para partir. Metatrón lo acompañó hasta la Puerta Dorada y permaneció allí sonriéndole, hasta que Melvin fue enviado a la tierra y se desvaneció sin dejar rastro.
Entonces Metatrón abandonó su pose al mismo tiempo que su sonrisa de disipaba y la preocupación se apoderaba de él, y con un largo y profundo suspiro exclamó:
–Que Él lo asista.


En un tercer lugar...



El gatito correteó juguetón entre sus piernas y ella ni se inmutó.
–Déjate de zarandajas Morg y dime qué es lo que me traes –dijo.
El gatito dejó escapar una leve sonrisa de entre sus labios y de un salto se subió a una silla para sentarse tranquilamente sobre sus cuartos traseros. En ese instante el cuerpo del animal sufrió una repentina transformación hasta quedar convertido en un humano.
–Hoy estamos de mal humor, ¿eh, Pandora?
La mujer lanzó una mirada furibunda a Morg, quien entendió que no era prudente disgustarla en ese estado.
–Está bien, esto es lo que ha averiguado: un alma pura acaba de nacer, es una hembra humana y los dos bandos ya han enviado a alguien para recibirla.

Pandora relajó su expresión y se acercó al mapa terrestre que colgaba de una de las paredes de la habitación y que estaba salpicado por brillantes puntitos negros (que tenían sobre ellos un símbolo parecido a una efe invertida), blancos (con una efe girada sobre sí misma flotando encima de ellos) y algunos puntitos plateados. Estos últimos eran los más grandes en comparación con el resto.
–Así que los dos bandos ya han enviado a uno de los suyos –dijo Pandora mientras acariciaba su larga y nívea cabellera.
–Y por la prisa que se han dado yo diría que esta alma es de las buenas –añadió Morg.
–¿A quién han enviado?
–Eso es muy gracioso, siéntate, te va a encantar –respondió Morg con una sonrisa socarrona. Pandora se aproximó a su mesa de trabajo y se sentó en su mullido sillón.
–¿Y bien?
–Los de abajo han enviado a Mefistófeles y los de arriba a un ángel novato llamado Melvin, lo cual es muy gracioso porque el muchacho rasca muy bien la panza pero no creo que tenga ni la menor idea de a lo que se enfrenta.
–Necio, Él siempre tiene un plan, deberías saberlo. Y no ha enviado a ese novato por casualidad, algo está tramando...
–¿Entonces cuál es tu plan, Pandora? –preguntó ceñudo Morg.
–No lo sé, debo meditarlo.
–¿Meditarlo? no hay tiempo para eso. En este instante dos aliados del bien y del mal van al encuentro de un alma pura para atraerla a sus filas. La diosa de la neutralidad no se puede quedar con los brazos cruzados mientras observa quien se lleva el trofeo.
–¿Crees que no lo sé, Morg? Sé perfectamente que me encuentro en una situación que me obliga a intervenir para que se mantenga el equilibrio, pero no alcanzo a comprender la situación, no tiene sentido.
–Dios tiene un extraño sentido del humor –espetó Morg sin darle más importancia.


Pero Pandora había dejado de escucharle. Se encontraba en una encrucijada, pues le resultaba incomprensible que los de abajo hubieran enviado a uno de los más leales súbditos del príncipe de las tinieblas, y los de arriba hubieran enviado tan sólo a un ángel, cuando tendrían que haber mandado a alguien de mayor rango, como un Arcángel o un Virtud. No obstante sabía que no había tiempo para tratar de desentrañar el misterio, porque Él siempre tenía sus propios planes y resultaría una pérdida de tiempo pensar más sobre ello. Así que resolvió enviar a alguien para que se limitara a observar lo que hacían los dos enviados y le trajera noticias. De ese modo sabría a lo que atenerse y así podría decidir cual sería su estrategia.
–¿Pandora? –preguntó Morg sacando a ésta de sus cavilaciones, al ver que se había quedado callada y ausente.
–Avisa a Eros –respondió dejando escapar una inquietante sonrisa mientras su mente trabajaba en silencio–. Dile que tengo un trabajito para él.


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14 comentarios:

Cuervo dijo...

hola!!

m ha gustado bastante el rlato. ¿será por que yo tambien he escrito sobre ángeles?

confío (por tu bien) que haya segunda parte... y tercera, y cuarta y... :D (como ves un fan friki es dificil de contentar)

lo gracioso es que también escribí sobre demonios con la frase "que equivocada estás, niña". pro esta en el space. Yo no concibo (¿con b o con v?) a lucifer como un bicho de cuernos y rabo... más bien es un tipo aburrido de su trabajo deseoso de dimitir (y después cuando vi que otro ya habia tenido esa idea en el comic the sandman, flipé)

Por que no me agregas al mesenger? cojelo del perfil del foro

bueno, nos leemos la semana que viene!!

Cuervo dijo...

efectivamente con b... pero la -j- ni se coge ni se recoge: cóGelo del perfil del foro :P

en fin, es lo que tiene no fijarse cuando escribes, que luego duele a la vista

Luz de Luna dijo...

Vaya relato-trilogia, muy currado. Felicidades. Salu2.

tormenta dijo...

ey...qué bueno!!
has empalado a Gengis Kan!! yo también quiero ^^
Bueno como de costumbre el relato es sobresaliente, eso sí, ya te vale como no lo continues... que siempre me quedo con las ganas de saber que será lo siguiente que saldrá de esa sorprendente cabecita tuya.
Me encanta leerte, no sé si te lo he dicho... aunque no importa, mejor incluso, te lo repito para que te quede clarito XD
un beso muy grande princesa

Pedro dijo...

Un relato estupendo y que tiene continuación, no me cabe duda. Me ha gustado como has creado un triple historia con el gatito y como has ido tejiendola entre las tres partes.
La historia es muy intrigante y está fantasticamente narrada.

Siempre es un placer leerte (pero con gatitos más ;) )

Un abrazo,

Pedro.

Anónimo dijo...

woauuuuuuuuu quiero más, quiero más!!! de lo más intrigante, fácil de leer, original... (en un segundo lugar, tercer lugar) Me ha gustado!! fijate que estoy por volverlo a leer.
Genial, en serio.
Enhorabuena!
saludos

Anónimo dijo...

Hola Malena!!! No es sólo bueno tus relatos, son extraordinarios. Me han dejado totalmente en la misma situación que a Pandora y desde luego, enviaré a mis manos y a mis ojos a comprobar si esta belleza que has escrito tiene continuación, pero por si acaso se me escapara, por favor hazlo saber en cuentacuentos, porque estoy sumamente interesada en seguir leyéndote.
Un abrazo.

Óscar Sejas dijo...

Bravo, bravo y bravo. Mil aplausos para ti niña. Ésta vez te has salido de bueno. Me has mantenido enganchado todo el tiempo viviendo la historia, convirtiéndome en demonio y en ángel, imaginando quien ganará finalmente la partida.

Y para rematar metes a un tercer bando en discordia. Espero sinceramente que escribas una segunda parte. El relato lo merece.

Un abrazo muy grande

Oski

Anónimo dijo...

Me encanta como rebuscais los nombres, de verdad... son geniales!

¿Habrá segunda parte, no? Porque vamos, tienes aqui un filón por explotar!! =)

Besitos!!

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, bueno... ¿habrá segunda parte, no?
La verdad es que lo iba a leer anoche, pero lo vi tan largo y como estaba cansada, lo dejé para hoy... ¡quiero saber qué pasa con la niña!
UI qué misterio, qué interesante, venga sigue, sigue, sigueeeee :)
besos de cereza!!!

Sara dijo...

Sin palabras me has dejado! una historia genial, bien escrita, original hasta decir basta y encima nos dejas a todos con la intriga!!!!
(yo también pido segunda parte por favoooor y de paso, este año me voy a pedir a los reyes una imaginación como la tuya :P)
Un beso!!!

Pugliesino dijo...

Y nadie como Eros para mediar entre el bien y el mal. Sabia Pandora :) Si nació la vida nadie se hará con ella pero los tres formarán parte de ella. Fantástico relato Malena. Engañosa impresión de extensíón al principio que lamenterá quien dejó de leerla por ella, ya que se hace cortísima y queda al final el deseo de una continuación, aunque no podría tener mejor final. Me ha encantado, sobre todo la fluidez que impregna su lectura. Un abrazo!

Pedro dijo...

Supongo que esta semana no has publicado porque estas inmersa en la segunda y terceras partes de esta huistoria ¿No? ;)

Un abrazo,

Pedro.

Pedro dijo...

Supongo que esta semana no has publicado porque estas inmersa en la segunda y terceras partes de esta huistoria ¿No? ;)

Un abrazo,

Pedro.