Se supone que uno celebra su cumpleaños porque está contento de vivir un año más, de arrancarle un año más a la vida. Se supone que uno celebra la alegría del día de su nacimiento, el día de su llegada al mundo. Se supone que debe ser un día de alegría que debe celebrarse rodeado de amigos, familiares, de las personas a las que uno quiere y son importantes para uno...
Desastre tras desastre. Eso es lo que ha pasado desde el día de mi cumpleaños.
Primero, mi mejor amigo no pudo viajar para estar conmigo porque le operaron del brazo y está bastante jodido. Evidentemente lo que más me preocupa es su bienestar y eso me tiene un tanto intranquila.
Segundo, mi novio no me llamó en el día que cumplí años. Ni me escribió, ni se comunicó conmigo de ninguna forma. Tampoco lo hizo en San Valentín, ni en las fechas que cumplimos meses, ni he vuelto a hablar con él desde el 2 de enero (día en el que tuvimos una discusión que no sé cómo calificar), aunque el día anterior a que me extirparan los lunares chateamos 2 minutos exactos.
Tercero, el día que había planeado para celebrar mi cumpleaños con mi mejor amiga, tampoco pudo ella por tener imprevistos ineludibles de última hora.
Cuarto, el día que había planeado para celebrarlo con mis primos favoritos y mi hermano menor, ha sido un desastre. No me esperaba que uno de ellos fuera tan egoista, precisamente por eso he tenido que cambiar los planes que había hecho para esta noche. Yo, la cumpleañera, ha tenido que renunciar a lo que quería e improvisar algo en la última hora para que este finde pudiera celebrar mi cumpleaños por primera vez en mi vida, sino quería que todo se fuera al traste. Y lo que pasa cuando improvisas e intentas buscar una solución para que todos estemos más o menos bien, es que al final todos acabamos estando más o menos mal. He dado una mala noche a mi hermano, al final hemos acabado discutiendo y hemos llorado los dos. HORRIBLE.
Creo que ya he tenido bastante. No voy a volver a celebrar mi cumpleaños con una fiesta nunca más. Esperaba que este año fuera el primero de muchos, pero va a ser el primero y el último.
He intentado sobreponerme a las circunstancias. He intentado ser positiva e ir arreglando los inconvenientes según se han ido presentando de la mejor forma que he sabido. A pesar de estar preocupada por mi mejor amigo, por mi mejor amiga, por mi novio y las noticias preocupantes que llegan del tsunami, por lo mal que me encontraba con la extracción de mi muela (que me sigue doliendo, sigo teniendo gran parte de la encía inflamada, sigo sin poder masticar de un lado, y finalmente ma han salido unas llagas en el interior de la boca y en el labio superior, que era ya lo que me faltaba); he intentado procurar que todo marchara lo mejor posible. He hecho todo lo posible por salvar mi cumpleaños, pero al final ha resultado peor el remedio que la enfermedad. Todo ha sido una gran mierda de principio a fin.
Aparte de lo decepcionada que estoy con ciertas personas, que esa es otra, lo único bueno ha sido el detalle de dos personas que han intentado hacer que me sintiera bien a pesar de todo. Gracias a Jonathan y Gerardo, si no hubiera sido por vosotros, esto habría sido todavía peor.
Además he tenido el "consuelo" de tener una tarta de kitty y una vela de kitty (sí, ya sé que es estúpido!! pero coño, que no se diga que no intento sacar algo bueno de esta mierda, aunque sea algo tan imbécil!!) aunque bueno, esa también es otra porque después de esperar una tarta erótica para celebrar el cumple, como era uno de mis deseos de hace bastante tiempo (no voy a entrar en si es idiota o no, era lo que quería, punto); al final tampoco ha podido ser. He tenido que volver a improvisar algo y salir disparada a comprar una tarta a ultimísima hora, encontrándome todo cerrado, teniéndome que conformar con una tarta helada de supermercado (que no me gusta y menos con los problemas de mi boca que veo las estrellas cuando como algo frío) pero al menos tenía una imagen de kitty. Y como también había velas de kitty con número, traté de llevarme el 3 y 1, pero no quedaba ningún miserable 3, así que me quedé con el 1 nada más... patético. Una tarta helada de supermercado que apenas pude comer, con un triste "1" para soplar...
En fin, este desastre con la celebración de mi cumple, ha sido el broche de oro para la rachita que llevo. Estoy muy cansada de todo. De lo único que tengo ganas ahora es de meterme en la cama y no salir en mucho tiempo. Y es lo que pienso hacer porque no quiero saber nada más.
4 comentarios:
Animo guapa, todo el mundo tiene malas rachas pero sólo son eso, rachas. Seguro que al final todo se arregla :D
Muchas gracias por tus ánimos, en estos momentos se agradecen mucho :)
Quejate en verdad si un ser querido a muerto, o un gran problema de salud te afecta o a los tuyos, pero por un simple cumpleaños es que trivialidad abre los ojos la vida es otra cosa
Querido Anónimo:
Se ve que no te has enterado de nada si has reducido todo a la anécdota del cumpleaños, que fué lo menos importante que pasó. Está visto que cada uno interpreta lo que lee del modo que más le conviene.
Gracias por tu visita, un saludo :)
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