sábado, 19 de enero de 2013

2012: Balance del año

El balance del 2012, no me he visto capacitada para emprenderlo en la fecha que tenía por costumbre (último día del año). Ha sido un final de año duro y precisamente por eso, he sido incapaz de ver las cosas con perspectiva y objetividad, porque todo lo malo, me parecía millones de veces más grande que lo bueno y decidí que eso no era justo, así que aplacé la tarea hasta un momento en el que me sintiera más o menos con la energía adecuada. Creo que éste es el momento para ello.

El 2012 comenzó bastante bien. Continué escribiendo para El Cuentacuentos, hice mi lista de buenos propósitos, mi mejor amigo vino a visitarme, descubrí a Pablo Alborán y me refugié en la cocina. Lo menos bueno del mes fue la infame ley Sopa, la muerte de Etta James y de Pozi. Mi desvanecimiento en el bus y mi delicada salud tampoco me lo pusieron muy fácil que digamos. Las penas afloraron y tuve que trabajar duro para curar algunas heridas.

Febrero no fue un mes feliz. La muerte de Whitney Houston fue un palo por todo lo que ella significó para mi. Aunque seguí trabajando duro para curar mi salud y mis heridas, lo único bueno del mes fue que me hice mi primer tatuaje, con el que continúo feliz y orgullosa.

Comencé marzo bastante jodida de salud, pero me fui recuperando a lo largo del mes. Entré en los 32 sin hacer mucho ruido, aunque tuve un pequeño momento de celebración que me hizo sonreír. Se cumplieron 5 años desde que conocí a mi mejor amigo, festejé San Patricio por primera vez en mi vida y por primera vez en mi vida también preparé cupcakes. Además, me vi enfrascada en mi proyecto de redecoración, el cual me ayudó bastante anímicamente. De nuevo, el mes vuelve a traer otro fallecimiento: Francisco Valladares.

La Semana Santa me sirvió para hacer reflexión y recogimiento, pero no fue suficiente porque pasé periodos de ansiedad bastante chungos. Por fin, después de mucho sufrimiento, me rendí al tiempo y dejé que él terminara lo que yo no había podido.

Durante mayo, me enamoré perdidamente de la bicicleta, aprendí a montarla y pasé los mejores momentos del año.
Mi Atleti de mis amores ganó la Europa League y me hizo llorar a lágrima viva.
Logré encarrilar mis sentimientos y pasar por fin página.
Viví bajo cierta presión el último evento familiar por el momento y asimilé otra noticia triste: Donna Summer nos dejó.

Junio y el calor, me devolvieron los problemas con mi salud. El descubrimiento de Misfits, fue lo mejor del mes.

En Julio ganamos el mundial.
Las fiestas de Torrejón pasaron sin pena ni gloria y me vi obligada a renunciar a mi hora de bici diaria.
Reduje mi nivel de estrés gracias a la escapada con K a su casa de la playa y a la visita a Zamora.

En Agosto se me gripa el pc, sufro un brote grave de dermatitis, Cecilia la lía parda con el Ecce Hommo y de nuevo me toca despedir a alguien. Esta vez se nos fue Chavela Vargas.

Septiembre fue espantoso porque la puta muela del juicio me las hizo pasar canutas. Terminé de ver la serie House, recuperé el contacto con viejos amigos y con mi profesor de fotografía.

Durante Octubre llevé a cabo el reto Disney y me divertí mucho. Visité el Salón del chocolate y brindé con K por 7 maravillosos años.
El paso por hospitales no fue agradable. Mi salud también volvió a resentirse hacia finales de mes con un señor gripazo.

En Noviembre mi amigo Gerardo viene a visitarme.
Regresa la ansiedad y los problemas de insomnio.
Fallece Miliki.
Me dan calabazas.
Me subo a una montaña rusa de sentimientos encontrados, se acumulan las despedidas y entro en Diciembre con dos fallecimientos allegados. Sufrí una crisis de identidad, me inundé de por qués y se me acabaron las respuestas.

Sin duda, el último mes del año ha sido el peor. Dicen que las pérdidas siempre se llevan algo de uno mismo, sólo que esta vez, no me dio tiempo a recuperarme de la parte de mi que se llevaron. Si ya de por sí me cuesta, enfrentarme a esto, me quedó grande, y no me avergüenza admitirlo. Me perdí, se me bloqueó el sistema y me dejé vencer por la pena.
Me dolió mucho la pérdida de ambos, pero me dolió muchísimo también ver el sufrimiento de algunos familiares que aprecio sinceramente. Sabes que no puedes hacer nada, que no hay palabra ni frase que puedas decir para mitigar ese dolor que te parte el pecho, no puedes consolarles en su pena y eso te acaba afectando. Yo no sé quien puede mantenerse entero cuando ve sufrir a alguien que aprecia, porque yo desde luego no. Así que se me acumularon los sufrimientos y me quedé sin fuerzas. Lo único que necesitaba era tiempo, porque al final, el tiempo lo acaba poniendo todo en su lugar. Y me lo tomé, aunque ello supusiera hacerme a un lado, y no me arrepiento porque eso me ha permitido vivir mi duelo en calma y recuperarme sanamente del trance.


En general, ha sido un año de bastantes pérdidas y muy duro emocionalmente. Demasiados altibajos en todos los ámbitos han convertido al 2012 en un año difícil. Lo único bueno, es que he sobrevivido.




Y este ha sido el balance del 2012 para mí. A modo de resumen, anotaré un par de cosas para mi memorándum personal:

-Una cosa que he aprendido este año: dónde se encuentran mis límites.

-Una cosa que he recordado este año: una retirada a tiempo, es una victoria.

-Una cosa que olvidaré de este año: las cosas superficiales que no tienen importancia.

-Una cosa que no olvidaré de este año: que fue duro, pero sobreviví.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

sabias concluciones mon amie! cuidate
mags

Malena dijo...

Cariños mon amie!

Luciernaga dijo...

Balance a favor, pues aun con tanto sufrimiento saliste avante y aprendiste un montón. Abrazos

Malena dijo...

Abrazos mi querida Lili!