viernes, 29 de febrero de 2008

"Manda una señal" Maná.

Me encanta Maná... y la canción.


"...estoy viviendo sin vivir, estoy muriendo sin poder morir"


Te quiero, si te quiero
Voy andando como fiera
Tras tus pies, amor.

Te veo y te deseo
Pero tú tienes tu dueño
Y no te puedes zafar.

Los días se pasan sin ti,
Las noches se alargan sin ti
Sin tu amor, sin tus besos.

Ay, si tuvieras libertad,
A tu lado yo estaría amor,
Hey, dame, dame una señal,
Cuando seas libre mi amor.

Ay, no lo puedo soportar,
No me quiero derrumbar,
Mándame un mensaje, una señal,
Manda una señal de amor,
Manda una señal amor.

Te veo acorralada,
De unos brazos que no te dejan mover,
Te deseo y me deseas
Pero estas muy aprisionada corazón.

Y no viviré sin tu amor,
Y no parare hasta tener,
Tu amor y tus besos.

Hey, estoy viviendo sin vivir,
Estoy muriendo sin poder morir,
Hey, dime, dime tell me to,
Cuando seas libre mi amor.

Ay no lo puedo soportar,
No me quiero derrumbar,
Mándame un mensaje, una señal,
Mándame tu luz amor,
Manda una señal amor.

Vivir, sin ti vivir,
Estarse muriendo sin morir;
Estar, sin ti, estar,
Estarse muriendo sin morir,
Amor, donde estarás,
Manda un mensaje, una señal,
Y no, no pararé,
No viviré sin ti amor, no

jueves, 28 de febrero de 2008

"Please forgive me" Bryan Adams.

Siempre me gustó esta canción....


"Still holding on You're still the one (Yo sigo aguardando Y tú aun eres la única)"


It still feels like
our first night together.
Feels like the first kiss
It's getting better baby.
No one can better this
Still holding on
You're still the one.

First time our eyes met
Same feeling I get
Only feels much stronger
I wanna love you longer
Do you still turn the fire on?

So if you're feeling lonely, don't
You're the only one I'll ever want
I only want to make it good
So if I love you a little more than I should ...


Please forgive me,
I know not what I do.
Please forgive me,
I can't stop loving you.
Don't deny me,
this pain I'm going through.
Please forgive me,
if I need you like I do
Please believe me,
every word I say is true.
Please forgive me,
I can't stop loving you.


Still feels like our best times are together
Feels like the first touch
Still getting closer baby
Can't get closer enough
Still holding on
You're still number one

I remember the smell of your skin
I remember everything
I remember all the moves
I remember you yeah
I remember the nights, you know I still do

So if you're feeling lonely, don't
You're the only one I'll ever want
I only want to make it good
So if I love you a little more than I should ...


Please forgive me,
I know not what I do.
Please forgive me,
I can't stop loving you.
Don't deny me,
this pain I'm going through.
Please forgive me,
if I need you like I do
Please believe me,
every word I say is true.
Please forgive me,
I can't stop loving you.


The one thing I'm sure of
Is the way we make love
The one thing I depend on
Is for us to stay strong
With every word and every breath I'm praying
That's why I'm saying


Please forgive me,
I know not what I do.
Please forgive me,
I can't stop loving you.
Don't deny me,
this pain I'm going through.
Please forgive me,
if I need you like I do
Please believe me,
every word I say is true.
Please forgive me,
I can't stop loving you

--------------------------------------

Todavía siento
como fue nuestra primera noche juntos.
Como fue el primer beso,
y como fue mejorando.
Nadie podrá mejorar eso.
Yo sigo aguardando
y tú aun eres la única.

La primera vez que nuestros ojos se
encontraron, tuve la misma sensación,
solo que ahora es más fuerte.
Y quiero amarte mucho más.
¿Aún enciendes el fuego?

Si te sientes sola, no lo hagas.
Tú eres la única que siempre querré.
Solo deseo hacer lo correcto.
Entonces, si te amo un poco más
de que lo que debo…


Por favor perdóname,
que no sé lo que estoy haciendo
Por favor perdóname,
que no puedo parar de quererte
No me niegues este dolor
que estoy sufriendo
Por favor perdóname,
si te necesito como lo hago.
Por favor créeme,
cada palabra que digo es verdad
Por favor perdóname,
que no puedo dejar de quererte.


Todavía parece que los mejores tiempos fueron los nuestros.
Se siente como nuestro primer contacto
Aun acercándonos.
No puedo acercarme lo suficiente.
Aun estoy aguardando
Aun eres la numero uno.

Recuerdo el olor de tu piel.
Lo recuerdo todo.
Recuerdo todos tus movimientos.
Te recuerdo.
Recuerdo las noches, tú sabes que no las
olvido.

Si te sientes sola, no lo hagas.
Tú eres la única que siempre querré.
Solo deseo hacer lo correcto.
Entonces, si te amo un poco más
de que lo que debo…


Por favor perdóname,
que no sé lo que estoy haciendo
Por favor perdóname,
que no puedo parar de quererte
No me niegues este dolor
que estoy sufriendo
Por favor perdóname,
si te necesito como lo hago.
Por favor créeme,
cada palabra que digo es verdad
Por favor perdóname,
que no puedo dejar de quererte.


De una único que estoy seguro.
Es la manera en que hacemos el amor
Y de lo único que dependo
Es que seamos fuertes.
Con cada palabra y cada respiro estoy rogando
Y por eso te digo…



Por favor perdóname,
que no sé lo que estoy haciendo
Por favor perdóname,
que no puedo parar de quererte
No me niegues este dolor
que estoy sufriendo
Por favor perdóname,
si te necesito como lo hago.
Por favor créeme,
cada palabra que digo es verdad
Por favor perdóname,
que no puedo dejar de quererte

martes, 26 de febrero de 2008

Esto es un complot, está claro.

Pues sí, esto no puede ser más que un complot urdido minuciosamente en mi contra, porque sino no me explico los hechos. A ellos me remito:

-El finde pasado me fui a Sevilla. Ya la conozco lo suficientemente bien de otros viajes, así que no iba a hacer turismo, sino más bien fueron otros los motivos que me llevaron hasta la capital hispalense.
De todos es sabido que en Sevilla, llover, lo que se dice llover, no llueve mucho, de ahí el pintoresco refrán "la lluvia en Sevilla es una maravilla" (que por cierto me hizo una gracia... vamos es que me parto en dos) por su escasez precisamente. Bien, pues las dos únicas veces que he ido sola a Sevilla, ha llovido. La primera no estuvo todo el rato lloviendo, pero esta vez ha sido el diluvio universal. En mi vida me he mojado tanto, con decir que acabé calada completamente hasta las rodillas...
En un principio una piensa "joer que mala suerte", pero cuando ve que justo deja de llover cuando se monta en el ave de regreso a Madrid, ya piensa "aquí hay mucha mala follá". Pero es que ya cuando una llega a Madrid y ve que además de souvenirs se ha traido consigo las nubes de lluvia, dices "joder aquí ya hay ensañamiento cruel".

¿Que os parece una casualidad sin importancia?, no, no, esperad que todavía no he acabado.

El catarro lo espero inminentemente, porque aún no se ha manifestado. Debe estar incubándose el resfriado del siglo por los sintomas que voy teniendo, cada día me siento un poco más enferma y me cuesta más levantarme de la cama.

La cosa no termina aquí. Segundo hecho:

-Hoy estaba yo intentando cambiar las llaves a un nuevo llavero, cuando veo que la espiral donde se mete la llave, se resiste a ser abierta. Bueno pues voy y cojo una navajita pequeña de estas que vienen en un set para supervivenia en acampadas, que la jodía navaja ni corta, ni pincha, ni ná. Pues resulta que hoy le ha dado por afilarse sola a la muy cabrona y no ha dicho nada a nadie. Consecuencia: la que se veía venir, me corto en un dedo. No es profundo pero es un tajo largo considerando la poca superficie de corte que hay en un dedo.
Ya sé que algun@ pensará que ha sido mala idea utilizar una navaja para hacer palanca, pero no había peligro ninguno de corte porque, para más inri, esa navaja nunca ha estado afilada, ni siquiera la punta es punzante, sino roma.

¿Que os sigue pareciendo mala suerte? jajaja esperad y veréis, que llega el tercer hecho y la apoteosis final:

-Tras curar y desinfectar el corte y poner una tirita para que dejara de sangrar y proteger el dedo de roces cuando me fuera a trabajar, voy a la cocina a tirar al cubo de la basura el algodon y los papeles de la tirita, y cuando voy a volver a entrar al salón... tragedia: suelo mojado+suelas de goma+poco equilibrio patinando=caída inevitable.
Pero es que la caída ha sido aparatosa hasta más no poder, cinco centímetros más y me hubiera desnucado contra la mesa de roble maciza del salón, aunque ahora que lo pienso no sé que hubiera sido mejor...
Total que ya no he podido ir a trabajar porque el golpe en la rodilla izquierda me la ha hinchado, amoratado y veo las estrellas de toda la vía lactea cada vez que intento dar un paso o mover la pierna. Así que baja obligada, y justo ahora que iba bien el trabajo...

Y que nadie me diga que si soy negativa y bla bla bla, porque después de la caída y viendo que no había pasado nada para lo que podía haber sido, me ha dado un ataque de risa a pesar de que me estaba retorciendo del dolor, solamente de pensar "esto no puede estar pasando... hay que joderse". Si bien es cierto que me ha durado poco la risa, porque después he comenzado a transformarme en hulk.

Vamos no me digáis que eso son coincidencias, ¡no me jodáis!... aparte de que no creo en las casualidades esto está claro que ya suena a gafe totalmente. El puto universo entero se ha puesto de acuerdo para conspirar en mi contra y yo ya estoy en modo "hasta la polla de todo".




¡¡¡Me cawen la sota de espadas!!!


Hoy no estoy para nadie porque muerdo y repaso en voz alta mi extenso vocabulario de tacos en varios idiomasImage and video hosting by TinyPicImage and video hosting by TinyPicImage and video hosting by TinyPic

Luego no digáis que no avisé...

jueves, 21 de febrero de 2008

Harry Potter y las reliquias de la muerte.

Por fin, después de meses esperando que saliera, después de contenerme para no mirar en internet ni una sola noticia relaccionada con el séptimo y último libro del niño que sobrevivió (por si acaso leía por accidente más información de la que debía y me chafaban la espera), después de fustigarme para no escuchar la voz del diablillo que me decía "no esperes más, lee cualquiera de las traducciones que circulan por internet", después de todo lo que he tenido que aguardar, por fin es mio.




¡Miii tesssssssssssssssssssssssoro!




Hoy, a eso de las 18:30, se ponía a la venta en varios puntos del planeta el libro de Harry Potter y las reliquias de la muerte traducido al español. Hoy era un día especial, estaba claro. Tan claro lo tenía, que sabía que debía aprovechar esta oportunidad. Llamadme friki infantiloide, pero yo tenía que ir a las librerías a ver el ambiente que había, a codearme con otros fans del niño mago y a hacerme con un ejemplar del libro de la 1ª edición.

En un principio había pensado acercarme a Madrid, pero después de un cambio de planes en los que no me han podido acompañar, he tenido que pensármelo.
Ir yo sola tan lejos, para aguantar una cola kilométrica y arriesgarme a quedarme sin libro, me parecía mucho en contra. A favor tenía que sabía que el ambiente sería inolvidable.

En mi segunda opción estaba acercarme al pueblo de al lado e ir al Corte Inglés. No es lo mismo, es mucho más pequeño que Madrid y el ambiente no es igual, pero a favor tenía la cercanía. De modo que tras pensármelo, he optado por ir al Corte Inglés de Alcalá de Henares y la verdad es que me alegro de haberlo hecho.


Un grupo de actores ha amenizado la espera con juegos de magia y el ambiente estaba bien recreado con decorados y disfraces que han encandilado al público, tanto al infantil como a los que somos un poco más grandecitos. No se podía pedir mucho puesto que era un espacio pequeño, pero la magia se ha sentido igual y conforme se iba acercando la hora, el nerviosismo cundía entre la gente.
Finalmente se desvelaba el secreto con el último número de magia de Harry Potter en persona xD, en el que ha quemado unos papeles dentro de un recipiente metálico que ha tapado para después abrir y mostrar el esperadísimo libro, dando así paso a la retirada de las telas negras que cubrían los libros para comenzar su venta.




La portada del libro: el secreto mejor guardado.



¿Qué queréis que os diga?, yo casi lloro. Ha sido justo cuando Harry Potter xD ha dicho "...hasta siempre" y la gente ha comenzado a aplaudirle, cuando me ha entrado la tristeza. Realmente ahí ha sido cuando me he dado cuenta de que aquel era el fin de una saga, y yo odio los finales casi tanto como los cambios.


Lo cierto es que hoy he tenido un día un poco raro, fluctuante entre emociones opuestas, de alegría y de tristeza, y me ha costado un poco contener la emoción cuando la gente ha terminado de aplaudir a los actores y se ha lanzado (literalmente) a por el libro.
Sabía que este momento tenía que llegar pero eso no lo hace menos difícil. Por eso yo sigo peleándome con la tristeza y la alegría y ahora además se ha unido un nuevo sentimiento: miedo. Tengo tan claro que cuando me haya leído la última frase de la última página, ya no habrá nada más después, que me ha entrado hasta miedo de abrirlo. Soy la monda, lo se, pero qué le voy a hacer...

Veremos si esta noche consigo dejar de mirar el libro que he depositado en mi escritorio y me decido a abrirlo, ya contaré la crónica xD.



(Más adelante editaré para colgar la foto de la portada, que no quiero tener problemas...)


miércoles, 20 de febrero de 2008

Gracias.



No existen suficientes palabras para describir todo lo que significas para mi. Me siento la mujer más afortunada del mundo por tenerte en mi vida.

Gracias por las rosas, por los bombones y por estar ahí siempre.



Te quiero muchísimo Image and video hosting by TinyPic


lunes, 18 de febrero de 2008

lunes, 11 de febrero de 2008

Todo sucedió en un minuto...

Todo sucedió en un minuto. Se necesitaron años para construir en aquel pequeño país de África, un gobierno sólido sin corrupción, una economía próspera y unos ciudadanos que se preocuparan solamente de vivir lo más felices que podían con lo poco que tenían; pero todo eso se derrumbó solamente en un minuto. Un minuto nada más fue lo que un grupo de rebeldes tardaron en atravesar la puerta de la casa presidencial, masacrar a la guardia y acceder al despacho del presidente. Un minuto tan sólo les costó acorralarlo en aquella habitación, cargar el arma y terminar con su vida de un balazo entre los ojos.
Así fue como todo lo que se había tardado años en construir, se destruyó en un insignificante minuto.

La prensa de todo el mundo se hizo eco de la terrible noticia, tomándola como una simple “guerra entre etnias”, pero nadie imaginaba que en realidad se trataba de algo mucho más grave.
Como sucede siempre, a la semana siguiente de la publicación de la noticia en primera plana, los periódicos relegaron las noticias que llegaban de aquel país a la sección Internacional y a medida que iba pasando el tiempo, el tamaño de los artículos relacionados iba encogiendo proporcionalmente de tal modo, que al mes siguiente, la gente del primer mundo ya había olvidado hasta el nombre de aquel pequeño país africano.

Olvidados por el resto del mundo, los grupos étnicos continuaron inmersos en una guerra de guerrillas que fragmentó por completo el país. Miles de personas huyeron hacia otros países vecinos, pero hubo otros que se quedaron a pesar de que se acostaban cada noche con el miedo de que tal vez no vivirían lo suficiente para ver el siguiente amanecer.
Uno de ellos fue el padre Poveda, joven misionero recién salido del seminario, que llegó allí con la inmensa energía de quien todavía cree que se puede cambiar el mundo. Apenas llevaba dos años trabajando en la escuela de la capital cuando le sorprendió la guerra civil, y a pesar de que el nunca pensó en abandonar a aquellos niños que cada mañana seguían acudiendo a la escuela porque no tenían otra cosa que hacer, día a día fue sintiéndose un poco más desalentado con la huida del resto de misioneros a sus lugares de origen.
Pero no se quedó sólo, dos personas más aguantaron a su lado. Se trataba de la hermana Mary, misionera inglesa con muchos más años de experiencia en la vida y Nangila, único maestro de la escuela.
Al principio los tres solos se arreglaron para atender a todos aquellos chiquillos que caminaban horas descalzos para acudir a un colegio que consistía en una simple cabaña de adobe sin puertas, por la que se filtraba el asfixiante calor en verano y la torrencial lluvia en invierno.
Pero a medida que pasaba el tiempo y la situación empeoraba, comprendieron que necesitaban ayuda y por ello contrataron un par de escoltas privados para que garantizase la seguridad de todos ellos. A pesar de tratarse de dos miembros de una de las tribus más numerosas de la capital, sabían que seguían corriendo peligro si alguien de un clan rival se acercaba por allí y les reconocía porque no dudarían en dejar un alma con vida.

El país llegó a tal estado de crisis que se quedó sin medios para subsistir. Los pocos campesinos que trabajaban en los campos, tarde o temprano eran asesinados y sin nadie que produjera el alimento necesario, la situación de hambruna se hizo insostenible.
Estaba claro que necesitaban un milagro… y pronto.


Mientras tanto, en otro punto de la esfera terrestre, acababa de amanecer y un hombre dormía plácidamente en el sofá de su desordenada casa. De repente alguien llamó a la puerta, pero estaba tan cansado que decidió entre sueños ignorar a quien quiera que fuese, tal vez así se marcharía y le dejaría seguir durmiendo. Sin embargo, el insistente repiqueteo de los nudillos en la madera, acabó por despertarle del todo. Malhumorado y somnoliento se levantó del sofá y fue hasta la puerta. Al abrirla, una claridad cegadora le hizo cerrar los ojos y girar la cabeza bruscamente.
Alguien carraspeó:
-Discúlpeme si le pillo en un mal momento… me llamo Gabe y me gustaría hablar con usted.
Tras ponerse la mano en los ojos a modo de visera para evitar que la luz del sol le diera de lleno, los abrió lentamente y fijó su mirada en el hombre menudo que estaba del otro lado de la puerta sosteniendo nerviosamente una carpeta negra. Al verla, la expresión de su rostro se congeló y su gesto se tornó serio.
-Olvídelo, estoy retirado -fue su escueta respuesta y acto seguido entornó la puerta con la intención de cerrarla, pero Gabe se lo impidió.
-¡Espere, por favor! Déme al menos la oportunidad de escuchar lo que tengo que decirle, y después decida si le interesa o no.
El argumento de Gabe la parecía lo suficientemente justo como para darle una oportunidad, pero todo ese asunto estaba empezando a ponerle de mal humor.
-Escuche Gabe, ya no hago trabajitos para nadie, ¿lo entiende? Dígaselo a su jefa.
-Estoy seguro de que le interesará lo que tengo que ofrecerle –sentenció Gabe.
La convicción de Gabe, le hizo reconsiderar la idea de escucharle. Después de todo, conocía bien a su jefa y sabía que le encantaban los tratos, así era como conseguía todo lo que ella quería.
La expresión de su rostro se relajó un poco y tras lanzar un hondo suspiro le dijo a Gabe:
-Tiene cinco minutos –dejándole entrar mientras se dirigía a la cocina para llenar una taza de café bien cargado.
Gabe entró y cerró la puerta tras de sí. El panorama que se encontró en el interior de la casa era desolador. Aquello parecía una auténtica pocilga en la que la suciedad y el desorden reinaban por doquier.
El escrupuloso Gabe tuvo que sortear varios montones de ropa desperdigada por el suelo hasta llegar a la cocina. Una vez allí, no encontró ninguna superficie lo suficientemente limpia para dejar la carpeta, con lo que tuvo que sostenerla entre sus manos mientras sacaba los papeles que necesitaba.
Desde el extremo opuesto de la cocina, el otro hombre le observaba al mismo tiempo que llenaba su taza de café y le añadía tres cucharadas de azúcar.
-Le quedan cuatro minutos –le anunció a Gabe. Éste, nervioso, se apresuró a rebuscar la carta que necesitaba, y tras encontrarla se la tendió al hombre quien se dispuso a leerla mientras daba un sorbo a su taza:

Estimado Abad:
Usted es la última persona que me queda a la que acudir y no lo haría si no fuera de extrema gravedad, puesto que conozco que es usted un hombre muy ocupado.
Han pasado ya 49 días desde que el conflicto se desatara en este país. Nuestra situación es precaria, carecemos de todo, hasta de lo más básico.

Sé que la orden no dispone de muchos hermanos misioneros, y los pocos que hay seguramente elegirían otro destino antes de embarcarse hacia un país en guerra, pero hago una llamada a su compasión y noble espíritu de ayuda y le pido que nos envíe a alguien. Aquí ya sólo quedamos la hermana Mary, el maestro de la escuela y yo, y entre los tres no damos abasto para atender nuestras obligaciones. Necesitamos a alguien que, por lo menos, nos ayude a cosechar los campos abandonados, de lo contrario toda la cosecha se perderá y nosotros moriremos de hambre.
Imploro a su solidaridad cristiana y rezo para que El Altísimo haga llegar a sus manos esta carta y no se pierda en el camino junto con todas nuestras esperanzas de seguir con vida.
Atentamente
Justo Poveda
”.

El hombre que sostenía su taza de café negro, terminó de leer la misiva y levantando la vista, se dirigió a Gabe.
-Así que esto es lo que quieren de mí. Olvídelo, no pienso hacerlo.
-Entiéndalo, número 4, la situación es…-
-No me llame así, estoy retirado –le dijo el hombre a Gabe clavándole una gélida mirada.
-D… discúlpeme, ¿por qué nombre debo dirigirme a usted ahora?- le preguntó Gabe atemorizado.
El hombre le devolvió la carta a Gabe y su tono de voz se tornó áspero.
-Bastará con que me llame Sven.
-S… señor Sven, no acudiríamos a usted si no hubiera un motivo de peso. Conocemos su situación y sabemos que ya no trabaja para nosotros, pero debemos admitir que le necesitamos. Después de todo usted es el único que puede hacerlo.
-¿Y qué hay del resto?
-Todos ellos se encuentran en alguna misión en este momento, usted es la única persona que puede ayudarnos.
El hombre conocido como Sven hizo una breve pausa para analizar la situación y tras unos largos minutos en silencio, dijo por fin:
-Bien, Gabe, si como usted dice están tan desesperados como para acudir a mí, el trato que me ofrecen debe ser suculento. Soy todo oídos.
Gabe carraspeó para aclarar su voz.
-He sido autorizado para transmitirle que si acepta el trabajo se le aplicará una rebaja a su condena.
El silencio se instaló entre los dos hombres. Durante un rato Sven y Gabe se escudriñaron profundamente como si cada uno tratara de escuchar los pensamientos del otro.
Sven nunca había tenido la intención de aceptar el trabajito, hasta que Gabe mencionó la rebaja de su condena. Tenía que admitir que la oferta que le estaban haciendo era demasiado tentadora y que tal vez no le volverían a ofrecer otra oportunidad así.
Gabe se preguntaba si aquel hombre frío como el hielo acabaría despedazándole con sus propias manos si llegase a rechazar la oferta que le ofrecía. Tragó saliva y trató de alejar aquellos pensamientos negativos de su mente.
Por fin, Sven rompió el silencio:
-Supongo que traerás un contrato válido con su firma, ¿verdad?
-Por supuesto señor Sven, aquí lo tengo –dijo Gabe rebuscando en la carpeta negra un papel con los bordes ribeteados en plata y acercándoselo.
Sven, que conocía la calaña con la que trataba, leyó detenidamente el contrato y después intentó partir en dos el papel, pero tras varios intentos le resultó imposible. Fue entonces cuando comenzó a pensar que todo aquello iba en serio.
-Está bien, lo haré –fue la escueta respuesta de Sven.
-Excelente señor Sven, nos alegra mucho que haya tomado la sabia decisión de…
-Si, si, si… ¿tienes un bolígrafo? –le interrumpió.
Gabe rebuscó en el bolsillo interno de su chaqueta y le entregó el bolígrafo a Sven para que pudiera firmar. Una vez rubricado el contrato, Gabe comprobó que todo estaba en orden y lo guardó a buen recaudo en la carpeta negra.
Antes de partir, Gabe le indicó las últimas instrucciones a Sven y después salió por fin de aquella casa alegrándose de no tener que volver allí nunca más.


La hermana Mary se levantó temprano aquella mañana. Tras cumplir con sus rutinas, se dispuso a barrer un poco la escuela antes de que diera comienzo la jornada. Mientras lo hacía, tarareaba una canción que había aprendido en su época de novicia y que muchas veces le había servido para ahuyentar los temores de su mente y apaciguar su espíritu. Tan entretenida estaba, que ni siquiera se dio cuenta de que había alguien más presente y se asustó dando un respingo cuando su escoba se topó de improviso, con unos pies inmóviles.
-Buenos días hijo, no me había dado cuenta de que estaba usted ahí –se disculpó azorada la hermana Mary.
-He venido a ayudar –contestó escuetamente el desconocido.
La hermana Mary tardó varios segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo, una enorme sonrisa se asomó a sus labios y aferró con fuerza la cruz que colgaba de su cuello.
-Alabado sea Dios –fue lo único que alcanzó a decir y tras rogarle que le acompañara, se encaminaron en busca del padre Poveda.
A éste también le costó reaccionar en un principio, pero cuando el hombre le contó que su congregación le había enviado en respuesta a su carta, murmuró para sí una silenciosa plegaria de agradecimiento y rápidamente le puso al día de la situación.
Pocos minutos fueron los que se necesitaron para que Sven sintiera lástima por aquellas personas. La situación era tan pésima que, por primera vez desde que aceptara tomar parte en aquello, se alegró de haberlo hecho.
Sven quiso comenzar cuanto antes, de modo que le pidió al padre Poveda que le llevara hasta los campos para comprobar el daño que el abandono había causado en las cosechas. Por suerte no se perdió la totalidad de ellas como esperaba, sino que se salvó al menos la mitad.
Con una buena noticia por fin tras muchos días, el padre Poveda dejó a Sven trabajando en el campo y volvió a la escuela con la promesa de que regresaría a buscarle cuando se acercara el medio día.
Sven se puso manos a la obra, pero al poco rato y bajo un sol de justicia, comprendió que aquello iba a ser más duro de lo que había pensado. Entonces, se despojó de su camisa, se fabricó un improvisado turbante para evitar que el sol le diera de lleno en la cabeza y continuó trabajando.
Era imposible que aquel hombre blanco trabajando en aquel campo, no llamara la atención. Como era de esperar, alguien le vio y fue inmediatamente a extender el rumor. En pocas horas la noticia había corrido como la pólvora entre los poblados vecinos, tanto es así, que hubo gente que se acercó solamente para comprobar con sus propios ojos que no se trataba de un espejismo.

Por desgracia, la noticia no resultó agradable a ciertas tribus que pretendían enriquecerse con la venta de alimentos en medio de aquella escasez de todo. En menos que canta un gallo, unos cuantos se armaron y se montaron en un viejo y destartalado jeep para hacerle una “visita” a aquel blanco entrometido.
Cuando llegaron allí, la gente comenzó a salir huyendo en vista de lo que se avecinaba. El único que conservó la calma en medio de aquel revuelo fue Sven, quien vio como cuatro hombres se bajaban del jeep, dirigiéndose a él en una lengua que desconocía, y aunque no les entendía, sabía bien lo que habían ido a decirle.
Al ver que el extranjero no mostraba ninguna intención de abandonar lo que estaba haciendo, los hombres armados le repitieron la advertencia a gritos esta vez con sus armas cargadas y apuntándole.
Sven levantó las manos para intentar hacerles ver que no estaba armado y tranquilizarles, pero su gesto no fue interpretado así y los cuatro hombres abrieron fuego descargando una ráfaga de balas en el pecho de Sven, quien cayó al suelo de espaldas.
En medio de dolorosos espasmos Sven se retorció unos instantes en el suelo, y antes de quedar completamente inmóvil, una bocanada de sangre afloro a sus labios resbalando por las comisuras de su boca. Después, sus ojos se cerraron pesadamente.
Los hombres, satisfechos, volvieron a montarse en el jeep y abandonaron el lugar en medio de un jolgorio ensordecedor de gritos y risotadas dejando tras de sí una gran polvareda y a un hombre tendido en el suelo sobre un charco de sangre...

Cuando el ruido del jeep se hizo imperceptible en la lejanía, Sven abrió lentamente los ojos y tras comprobar que le habían dejado solo, trató de incorporarse. El dolor era considerable, pero como estaba acostumbrado, no emitió ni un solo quejido. En lugar de eso, y como si fuera lo más normal del mundo después de que a uno le hubieran rellenado el pecho de plomo, se puso de pie, se sacudió el polvo y se puso la camisa para no llamar la atención, mientras miraba al suelo viendo como su sangre se filtraba por completo en la tierra. Entonces le sobrevino una sed terrible y emprendió el camino de regreso a la escuela, con cierto fastidio porque las cosas habían de desvelarse mucho antes de lo que él había previsto.


Continuará… o no.





Más y mucho mejor en El cuentacuentos.

domingo, 10 de febrero de 2008

"El sitio de mi recreo" Antonio Vega.


"De sol, espiga y deseo son sus manos en mi pelo, de nieve, huracán y abismos, el sitio de mi recreo".

Donde nos llevó la imaginación,
donde con los ojos cerrados
se divisan infinitos campos.
Donde se creó la primera luz
junto a la semilla de cielo azul
volveré a ese lugar donde nací.

De sol, espiga y deseo
son sus manos en mi pelo,
de nieve, huracán y abismos,
el sitio de mi recreo.

Viento que a su murmullo parece hablar
mueve el mundo con gracia, la ves bailar
y con él, el escenario de mi hogar.

Mar, bandeja de plata, mar infernal
es su temperamento natural,
poco o nada cuesta ser uno más.

De sol, espeiga y deseo...

Silencio, brisa y cordura
dan aliento a mi locura,
hay nieve, hay fuego, hay deseo,
ahí donde me recreo.

viernes, 8 de febrero de 2008

Duane Michals, un fotógrafo con un ojo finísimo.



Hace tiempo, paseando por Madrid, me encontré con una muestra de las obras que se presentaron al concurso de PhotoEspaña colgadas en una de las verjas del retiro. Llamaba la atención porque eran bastante grandes y me pareció encantadora la forma de acercar la cultura a los viandantes... arte y un paseo por el retiro, todo un lujo ¿o no?.

De entre todas las imágenes que había, una me llamó la atención de una manera especial. Se titulaba "The fallen angel" y un tal Duane Michals era su autor. Desde ese momento supe que no se trataba de alguien corriente, como después comprobé al sumergirme en su obra. Este fotógrafo estadounidense, completamente autodidacta, es uno de mis favoritos. Sus imágenes tratan de fantasías eróticas, humorísticas, muchas veces violentas, de ocurrencia espontánea, para las que utiliza la luz natural y muy poco equipo técnico. En ocasiones sus imágenes son borrosas que insinuan historias fantasmales, espiritualidad, enfatizan lo oculto, lo misterioso.
En palabras del propio Michals:"La realidad no me interesa en absoluto. Prefiero vivir en un mundo irreal, me parece más estimulante. Nunca me ha interesado la calle, no creo que ahí afuera ocurra nada interesante. Al contrario que otros colegas, yo no me he paseado jamás con la cámara a cuestas para captar una instantánea. A mí, sobre todo, me interesan las emociones y los sueños. Lo que pasa en la calle actualmente es demasiado estúpido como para prestarle atención".



De todos sus trabajos, dos son mis favoritos: el angel caído y este; y sólo se me ocurre una palabra para describir este último: Impactante.

Siento el montaje totalmente chapucero de las imágenes, pero quería enseñaros la serie completa de fotografías de una sola vez, las cuales tomé prestadas de este sitio.

Si alguien sabe donde puedo encontrar algún libro de su obra y me lo hiciera saber por el medio que desee, se lo agradeceria enormemente. No acabo de encontrar nada suyo y lo estoy buscando desesperadamente.