-El finde pasado me fui a Sevilla. Ya la conozco lo suficientemente bien de otros viajes, así que no iba a hacer turismo, sino más bien fueron otros los motivos que me llevaron hasta la capital hispalense.
De todos es sabido que en Sevilla, llover, lo que se dice llover, no llueve mucho, de ahí el pintoresco refrán "la lluvia en Sevilla es una maravilla" (que por cierto me hizo una gracia... vamos es que me parto en dos) por su escasez precisamente. Bien, pues las dos únicas veces que he ido sola a Sevilla, ha llovido. La primera no estuvo todo el rato lloviendo, pero esta vez ha sido el diluvio universal. En mi vida me he mojado tanto, con decir que acabé calada completamente hasta las rodillas...
En un principio una piensa "joer que mala suerte", pero cuando ve que justo deja de llover cuando se monta en el ave de regreso a Madrid, ya piensa "aquí hay mucha mala follá". Pero es que ya cuando una llega a Madrid y ve que además de souvenirs se ha traido consigo las nubes de lluvia, dices "joder aquí ya hay ensañamiento cruel".
¿Que os parece una casualidad sin importancia?, no, no, esperad que todavía no he acabado.
El catarro lo espero inminentemente, porque aún no se ha manifestado. Debe estar incubándose el resfriado del siglo por los sintomas que voy teniendo, cada día me siento un poco más enferma y me cuesta más levantarme de la cama.
La cosa no termina aquí. Segundo hecho:
-Hoy estaba yo intentando cambiar las llaves a un nuevo llavero, cuando veo que la espiral donde se mete la llave, se resiste a ser abierta. Bueno pues voy y cojo una navajita pequeña de estas que vienen en un set para supervivenia en acampadas, que la jodía navaja ni corta, ni pincha, ni ná. Pues resulta que hoy le ha dado por afilarse sola a la muy cabrona y no ha dicho nada a nadie. Consecuencia: la que se veía venir, me corto en un dedo. No es profundo pero es un tajo largo considerando la poca superficie de corte que hay en un dedo.
Ya sé que algun@ pensará que ha sido mala idea utilizar una navaja para hacer palanca, pero no había peligro ninguno de corte porque, para más inri, esa navaja nunca ha estado afilada, ni siquiera la punta es punzante, sino roma.
¿Que os sigue pareciendo mala suerte? jajaja esperad y veréis, que llega el tercer hecho y la apoteosis final:
-Tras curar y desinfectar el corte y poner una tirita para que dejara de sangrar y proteger el dedo de roces cuando me fuera a trabajar, voy a la cocina a tirar al cubo de la basura el algodon y los papeles de la tirita, y cuando voy a volver a entrar al salón... tragedia: suelo mojado+suelas de goma+poco equilibrio patinando=caída inevitable.
Pero es que la caída ha sido aparatosa hasta más no poder, cinco centímetros más y me hubiera desnucado contra la mesa de roble maciza del salón, aunque ahora que lo pienso no sé que hubiera sido mejor...
Total que ya no he podido ir a trabajar porque el golpe en la rodilla izquierda me la ha hinchado, amoratado y veo las estrellas de toda la vía lactea cada vez que intento dar un paso o mover la pierna. Así que baja obligada, y justo ahora que iba bien el trabajo...
Y que nadie me diga que si soy negativa y bla bla bla, porque después de la caída y viendo que no había pasado nada para lo que podía haber sido, me ha dado un ataque de risa a pesar de que me estaba retorciendo del dolor, solamente de pensar "esto no puede estar pasando... hay que joderse". Si bien es cierto que me ha durado poco la risa, porque después he comenzado a transformarme en hulk.
Vamos no me digáis que eso son coincidencias, ¡no me jodáis!... aparte de que no creo en las casualidades esto está claro que ya suena a gafe totalmente. El puto universo entero se ha puesto de acuerdo para conspirar en mi contra y yo ya estoy en modo "hasta la polla de todo".
¡¡¡Me cawen la sota de espadas!!!
1 comentario:
Hola cari,, solo decirte que lo siento y que has hecho cierto aquel refrán que dice que a perro flaco todo son pulgas.... Espero que te recuperes pronto y mucho ánimo. besos x miles
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