sábado, 29 de octubre de 2011

Desvaríos otoñales

Parece que el otoño ya se ha instalado en esta parte del hemisferio terrestre. Ha tardado en llegar, pero desde luego ha hecho una entrada triunfal por la puerta grande, con lluvias casi torrenciales en algunos puntos del país. Las temperaturas han bajado y los abrigos han vuelto a copar los percheros. Lo cierto es que yo ya tenía ganas de que llegara el otoño, de cambiar de estación, de disfrutar de ese momento tan especial como es el estar helada y sentarte comodamente en el sofá, taparte con una mantita mientras sostienes entre tus manos congeladas una taza caliente de cualquier líquido, y sentir cómo vas entrando en calor poco a poco. Creo que es una de las sensaciones que más me gustan. Precisamente ayer almorcé un consomé bien caliente que disfruté como si fuera el mejor de los manjares. Pues sí, a veces soy tan simple que disfruto con pequeñas cosas como esta, y aquí es donde advierto que no es lo mismo simpleza que simplicidad... por si acaso.


El caso es que me alegro de que haya llegado ya el otoño, a pesar de que el otoño afecta a mi estado de ánimo en general. Los días lluviosos me suelen poner triste y melancólica, es lo malo de ser tan sensible; para unas cosas (pocas) es un don, para otras un estorbo. Pero así soy, ¿qué le voy a hacer?, a mis 31 no voy a cambiar, ni quiero. Hace tiempo que dejé de luchar contra mí misma y acabé aceptándome y, desde ese día, vivo más feliz.
Es curioso que el otoño me afecte tanto y sea mi estación favorita del año, jajaja a veces tengo estas inexplicables contradicciones que a algunos (los menos, en honor a la verdad) les resultan encantadoras.
¿Qué bonito es eso, verdad? tener algo que a otra persona le resulte tierno y encantador, y ese algo te haga totalmente achuchable (me encanta ese verbo)... a veces echo tanto de menos esa sensación...



Me encanta Gru, es la mejor peli que he visto en mucho tiempo *.* AMO este fragmento precisamente donde Agnes es taaaan achuchable, y esto viene a colación por si alguien no entendía bien el verbo, a modo de ejemplo gráfico, mayormente.
Ya me han entrado ganas de volver a ver la peli, seguramente lo haga ahora que tengo libre todo el tiempo del mundo. Como todo, tener mucho tiempo libre, también puede ser negativo, ya sabemos todos lo que pasa cuando te aburres y empiezas a pensar y pensar y pensar... menos mal que el otro día se me encendió la bombilla y me dio por hacer algo provechoso: limpieza general. Fueron 4 horas seguidas que me destrozaron, pero al menos estuve entretenida. No sé si se ha calculado el desgaste energético de hacer limpieza general durante 4 horas, pero debería equivaler a subir el Everest a la pata coja, por lo menos.

Jajaj siempre me río con esta imagen. Hay que estar realmente exhausta para quedarse dormida en el metro, de ese modo xD. Pues así estaba yo, me dolían hasta las pestañas, por suerte pude recuperarme tras una larga noche de sueño. Aunque después ya no he vuelto a dormir bien ninguna noche. Me levanto molida, como si hubiera pasado la noche en vela, aunque haya dormido mis 8 horas y con un sueño que no es normal. Las ojeras profundas y oscuras me delatan, y estoy demasiado vaga para ponerme a taparlas con maquillaje para tener "buena cara", al fin y al cabo, da igual la cara que tenga si no voy a salir de casa.
Hablando de maquillaje, he estado repasando las fotos de mis clases de maquillaje. Me dio nostalgia al recordar como me ponía a experimentar con mezclas de colores, tal vez saque algo de creatividad y me ponga a ello un día de estos... si es que me queda una gota de creatividad o estoy definitivamente seca. Ultimamente lo he estado pensando (ya sabéis... tiempo libre en exceso...), y me he dado cuenta de que ya no ejercito mi lado creativo. No experimento con sombras de colores, no hago fotos desde ni sé cuando y lo de volver a escribir ya ni te cuento. Años han pasado desde mi última historia. Lo curioso es que si me pongo a pensarlo, me da mucha nostalgia de todos aquellos buenos momentos, pero me temo que esa chispa no acaba de ser suficiente para desencadenar la explosión que necesita mi motor. Las musas me abandonaron por puro aburrimiento hace algún tiempo atrás y no creo que estén muy dispuestas a regresar.
A lo mejor es que me estoy secando por dentro, lo que vendría a explicar muchas cosas, por cierto. Es posible, tal vez, ¿quién sabe?. Siempre podré echarle la culpa al otoño, que me roba la esencia cual dementor de Azkaban.

En fin, por hoy ya he desvariado bastante. Creo que iré a prepararme una infusión bien caliente de Rooibos y canela, que me conquistó absolutamente desde el primer momento en que la probé. Mmmmm ese olor...

No hay comentarios: