martes, 1 de octubre de 2013

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I. La llegada del otoño me trajo un resfriado bastante fastidioso. No te preocupes, otoño, no te guardo rencor, sigues siendo mi estación favorita aunque todavía no me haya recuperado del todo y me esté volviendo loca con un dolor de oído que no desaparece.

II. "Haz cien y no hagas una, y no habrás hecho ninguna"

III. Lamentablemente, la mayoría de estupendos planes que tenía para septiembre, no pudieron ser. Pero bueno, así es la vida, uno hace planes y ella decide... no obstante, nunca debe faltar la ilusión de esperar algo, porque no hay nada más autodestructivo que vivir la vida sin ilusiones. Nada amarga más, y yo lo se bien. Lo importante es continuar haciendo planes y saber aceptar cuándo no es el momento y asumirlo con tranquilidad.

IV. Momento de paranoia malenil en su máximo esplendor: Muchas de las cosas que pasan en mi vida, las comparto a través de este blog, pero otras muchas no, y quizá son las más terribles. Como dijo Sabina "aunque nunca me callo, guardo un par de secretos", y no puedo estar mejor retratada en esta ocasión. Sí, es cierto, llevo un blog público. Sí, es cierto, cuento cosas de mi vida que tal vez no le importen a nadie. Sí, es cierto, expongo cierta parte de mi intimidad ante desconocidos y extraños. Pero nunca me he sentido como una exhibicionista. Sé donde están los límites y respeto mucho mi derecho a la intimidad, sobre todo en lo referente a mis imágenes, y esto es algo que mucha gente no entiende. No comprenden por qué cuento cosas de mi vida y luego me aterroriza profundamente mostrar una fotografía mía. Parece paradójico, pero yo creo que tiene mucho sentido... o al menos en mi cabeza sí lo tiene.
Ya lo he dicho en muchas ocasiones, pero no me importa volver a decir que me encanta esa especie de complicidad que se produce cuando alguien lee algo y en un pequeño punto, siente que conecta con lo que está leyendo. Sentirse identificado, sonreír o incluso entristecerse con lo que alguien comparte, es una fantástica prueba de que los sentimientos son lo único que salva al ser humano de la mezquindad. Por eso yo siempre apuesto por los sentimientos, por ese maravilloso vínculo que se establece con alguien aunque sea un desconocido para ti. Esa persona dijo algo que te llegó dentro, y eso es tan extraordinario que me fascina y siempre me fascinará. Y sé la sensación que se tiene cuando uno siente que le llegó algo que dijo otra persona, pero todavía se siente mucho más bonito que alguien te diga a ti que le hiciste mover algo dentro. Éso, esa sensación, es el único y puro motivo por el que yo continúo escribiendo.

V. Creo que estoy en un buen momento de mi vida. Me siento feliz y me gusta esa sensación. Si alguna vez volviera a dejarme engullir por las arenas movedizas, me gustaría pensar en este momento de mi vida y saber con seguridad que fui feliz sinceramente.

VI. Ayer tuve un día bastante ajetreado. Tuve que hacer tres cosas urgentes para el día y acabé rendida de tanto ir para allá, de tanta concentración, y de la tensión por querer que todo salga bien y sea resuelto favorablemente. Al final lo conseguí, las tres cosas fueron resueltas satisfactoriamente, aunque el precio fuera que me resulte imposible dormir bien por toda la tensión que tengo acumulada. Hay quien dice que no se puede tener todo, pero yo siempre he dicho que sí se puede tenerlo todo, sólo que no al mismo tiempo...

VII. Me ha costado bastante conseguir la financiación para mi próximo objetivo, ha sido bastante duro en ocasiones, pero ya tengo los billetes de tren y esa sensación prevalece sobre todo lo demás. Comienza la cuenta atrás para regresar al lado de mi chico y que el tiempo y el mundo vuelvan a detenerse cuando le veo sonreír...



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