martes, 12 de marzo de 2013

Bici, frambuesas y amarga sensación de victoria

He comprado suficientes cestas de frambuesas para abastecer mi nevera por lo menos para lo que queda de semana. Tengo antojo, qué le voy a hacer. Me encantan las frambuesas, a veces pienso que me compensaría más plantar un frambueso y cultivar mis propias frambuesas jajaj.
Precisamente comiendo frambuesas he echado un vistazo por la ventana y he visto que lucía un sol resplandeciente. Me ha faltado tiempo para cambiarme de ropa, coger mi mochila y sacar la bici del garaje. Es alucinante lo bien que me siento montando en bici, todo se diluye a la misma velocidad que pasan los árboles del paisaje mientras pedaleo. Me sienta bien, equilibra mi Zen, por eso no me extraña que algunos ya comiencen a decir que estoy enganchada a la bici como si fuera una droga. Bendita adicción, ojalá todas fueran como ésta...
He dado una vuelta rápida porque hace sol, pero la temperatura aún no es primaveral, sino más bien invernal, pero me ha servido para sentirme mejor y volver a mi Zen, el cual, desde anoche andaba un poco descompensado.
Dicen que no todas las victorias son dulces, algunas son amargas, y creo que en esta ocasión mi victoria lo ha sido. Hacía días que no hablaba de Jekyll, pero es que no había nada que contar, ya dije que no iba a hacer nada por encontrarme con él y lo cumplí. Sin embargo, anoche, al abrir el skype, me di cuenta de que me había dejado varios mensajes con una felicitación de cumpleaños incluida. Y, de repente, apareció, estaba escondido entre las sombras esperando para ver si yo me conectaba y podíamos hablar. Me preguntó cómo estaba y me escuchó pacientemente. Y después ocurrió algo que yo no esperaba: se disculpó. Me pidió disculpas sinceras por haberse comportado del modo en que lo hizo. Me pilló de sorpresa, leí atentamente sus palabras y después volvió a ocurrir algo que yo no esperaba: me sentí culpable. Ni siquiera sé exactamente por qué, porque está claro que yo no he hecho nada para tener que sentirme así, pero su disculpa sentida y su actitud, me hicieron sentir que había sido algo dura. Pffffffffff ya lo sé, soy una blanda en el fondo, por eso me pasan las cosas que me pasan...
Sin embargo, otra parte de mi, el porcentaje "malvado", el diablillo que se aparece sobre el hombro derecho o izquierdo, no sé, nunca me acuerdo; estaba bastante complacido. Sentí que había sido una pequeña victoria y que el "escarmiento" era merecido. Siempre es bueno hacer entender a los demás que su comportamiento no nos ha gustado o no nos ha parecido correcto, con palabras o con hechos, creo que es igual de efectivo, porque sirve como toque de atención. En esta ocasión, me alegro de que Jekyll haya pillado la esencia, porque me he topado con otros especímenes en mi vida que nunca entendieron o no quisieron entender mi idioma cuando yo reclamaba algo que era justo, con todas las palabras.
Para mi ha sido una victoria, he conseguido una disculpa por algo que claramente no era justo y me he mantenido firme sin ceder en mi postura haciendo caso omiso de esa sensación de culpabilidad que me asaltaba.
En esta ocasión me siento "malvada", porque la sensación de culpabilidad sólo duró unos instantes, mientras que la sensación de triunfo merecido me sigue resultando agradable, tanto como para hacerme sonreír levemente. Será que en el fondo, soy una mala persona xD

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Sabes lo que pienso?, que te alegras de que se haya disculpado porque eso significa que en el fondo le importas. Si no fuera así, no habrías recibido disculpa alguna.
Y a estas alturas del partido, todos sabemos ya que te gusta más que comer con los dedos, melona. Con lo cual, he ahí la explicación de por qué estás sonriendo.

Sally