miércoles, 17 de septiembre de 2014

Noticias buenas y malas a la vez, noche casi en vela, princesas que siempre lo fueron y gusanos que nunca dejaron de serlo

Ayer fue un día bastante intenso. Después de cuadrar nuestras agendas, quedé con K a quién hacía más de un mes que no veía. Me encantan los ratos que paso con ella, son únicos y me revitalizan por completo. El caso es que quedamos prontito, después de que saliera de trabajar, para tomarnos unas cervezas y ponernos al día. Algo supuestamente tranquilo porque ella madruga mucho para ir a trabajar y yo tenía que volver pronto a casa por ser esclava del transporte público. Ella ya me había dicho que tenía que contarme muchas cosas, especialmente tenía una noticia que era buena y mala a la vez. No pude imaginar qué era por muchas vueltas que le di y muchas teorías descabelladas que me puse a elucubrar. Por respeto a ella, no voy a dar muchos detalles del tema, pero basta con decir que cuando me lo contó, respiré aliviada y por fin descansé. Y si, tenía mucha razón, era una noticia mala pero buena a la vez, aunque lo crucial es que la parte buena, a la larga, tiene mayor beneficio y eso es mucho más importante.
Nos pusimos al día hablando durante horas, bebimos y brindamos en muchas ocasiones, perdí la cuenta de las cervezas que tomamos y como algunas veces ha pasado, terminé acompañándola a su casa porque según ella estaba borrachísima. Y al final, me tuve que quedar a dormir en su casa porque ya era demasiado tarde para volver a la mía. Como siempre, no puedo pegar ojo, porque entre que extraño mi cama (desde siempre me ha resultado muy difícil dormir bien en una cama que no es la mía, no se por qué...) y que Chórnaya ("negra", en ruso) la gata de K, se pasa toda la noche dando vueltas de acá para allá, saltando a la cama cuando has conseguido pillar el sueñecito y ponerse encima de ti para quedarse dormida; no ha habido manera de descansar. Toda zombi, me he levantado de madrugada con ella, y de camino al trabajo me ha dejado en el metro para que pudiera volver a casa. No creo que ella haya pasado un buen día tampoco, tenía algo de resaca y apuesto a que se le ha hecho eterno hasta que ha podido salir del trabajo. "No vuelvo a quedar contigo, eres una mala influencia" me dice siempre que acabamos con resaca y siempre le respondo "lo sé", pero ambas sabemos que será muy posible que la próxima vez nos pase lo mismo.

El mes que viene cumplimos 9 años de conocernos, y como es costumbre, celebraremos nuestro "aniversario" haciendo algo especial. Todavía no tengo ni idea de cual será el plan, pero no me preocupa porque tengo un mes para pensar en algo. Lo más importante ahora es que ella esté bien y estoy tan convencida de que esto es lo mejor para ella, que siento como si se hubiera quitado una tonelada de peso de encima. Alivio y tranquilidad, eso es justamente lo que siento.


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