jueves, 21 de marzo de 2013

Salvación

La inesperada huida de Jekyll fue un golpe bajo. Nadie lo esperaba, ni siquiera yo. Fue un derechazo directo al estómago que me cortó la respiración. Y luego se sucedieron los sueños extraños: sueños con zombis caníbales, sueños de abandonos inexplicables de personas queridas... hasta que me di cuenta que debía cesar en mi empeño de intentar entenderlo. Dejé salir aquello que me estaba haciendo daño y lloré su pérdida durante 24 horas, y tras un sueño extrañísimo de reconciliación con una persona que hace muchos años que ya no está en mi vida, llegó la calma. La tempestad ha pasado finalmente, me siento tranquila y mis heridas han empezado su proceso de cicatrización.
Se que no volveré a ver a Jekyll, ni tampoco a Hyde, pero eso ya no me perturba. He conseguido salvar un par de momentos del ácido corrosivo del resentimiento, cosa que me alegra porque son de los que tienen el poder de provocarme una sonrisa, y eso es muy valioso. También he conseguido evitar que ciertas asociaciones se contaminen y he conseguido enfocar la relación hacia un plano nuevo y desconocido para mi. Ahora entiendo por qué algunas personas se dejan consumir por el fuego...
No ha sido tiempo perdido, porque no tengo esa sensación, y no hay nada que me enfurezca más que perder el tiempo. Ha sido tiempo aprendido. Me siento como si hubiera salido viva tras enfrentarme a un Titán. Quien se haya enfrentado con algún Jekyll & Hyde en su vida, lo sabe, sabe que es una tarea digna de héroes del Olimpo... y yo sigo aquí para contarlo.

Al final, lo bueno de esto, es que sabemos lo que resultó del duelo entre condenación y salvación. Yo me salvé, por primera vez en mi vida estoy tan, pero tan contenta de haber permitido que la razón me haya machacado con sus argumentos, que gracias a eso me he salvado. Era cuestión de aplicar cierta lógica: "si quieres resultados diferentes, haz cosas diferentes" y eso hice. Yo no soy precisamente una mujer racional, sino más bien todo lo contrario, soy puro sentimiento. Y aunque eso tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, en mi balanza de vida pesaban mucho más las malas. Esta vez cambié mi estrategia, tan simple como eso. En vez de lanzarme a las llamas estilo bonzo, permanecí observándolas, viéndolas bailar en su seductora danza mortal de fuego... pero no salí ilesa. El fuego es tentador, hipnótico, irresistible... me acerqué lo suficiente como para quemarme y quedar medio ciega a causa del resplandor. Estoy tranquila pues se que las heridas han sido superficiales y se curarán en unos días; porque, esta vez, me aparté a tiempo de las llamas. 

  • Logro desbloqueado: sobrevivir a Jekyll & Hyde y salir de una pieza

Agradecida la experiencia, agradecida al verdugo y agradecida a mi intuición y mi voluntad de querer tomar las riendas de mi misma. 
Anoto unas breves palabras en mi diario de viaje, cierro el ejemplar encuadernado en cuero, me vuelvo a colocar la mochila al hombro, inspiro profundamente y echo a andar de nuevo para continuar mi camino por el sendero que se extiende frente a mi...



2 comentarios:

GzJosé dijo...

No tienes idea de cuanto me alegra leer ésto, que bien que ya estés mejor, y bueno, toda la vida es un continuo aprendizaje, me gusta que no lo consideres tiempo perdido...

Malena dijo...

Y a mi me alegra que te alegre ^^