sábado, 8 de septiembre de 2012

Post de dos rombos ♦♦

ADVERTENCIA: Algunos de los que me leen desde España, si tienen la suficiente edad, se acordarán de lo que significan los dos rombos. Para los que no lo saben, brevemente comento que la televisión española echaba mano de los dos rombos en la esquina de la pantalla, para sus programaciones para adultos. Todos sabíamos que cuando aparecían los dos rombos en la televisión, los niños se tenían que ir a la cama cagando leches.
De modo, que si eres mayor de edad, clicka para seguir leyendo...


Tal vez me arrepienta más tarde de escribir este post (seguramente), pero me apetecía compartir una faceta de mi que no muchos conocen. Al fin y al cabo Sigo siendo yo, sólo que con un subidón de hormonas.
Últimamente estoy más "eléctrica" de lo normal. Me resulta extraño, hacía años que había dado por perdida mi líbido, pero de un tiempo a esta parte, veo con extrañeza que seguía ahí después de todo. No recuerdo la última vez que sentí deseo por un hombre (y tal vez sea mejor así), pero lo que sí recuerdo es que hace demasiado tiempo.
Supongo que mis hormonas están revolucionadas y por eso mi líbido anda por las nubes. Tengo sueños eróticos con demasiada frecuencia y eso es algo que nunca me había pasado. Y para rematar, he perdido mi sangre fría ante cosas a las que siempre he tenido debilidad.
Soy pogonófila confesa (que me atraen las barbas, vaya) y más o menos había tenido bajo control mi fijación, pero ahora se me hace imposible resistirme. Es como si le lanzaran un pedrusco de Kryptonita a Superman... no puedo, no puedorr.
Me encanta tocarlas... las barbas, ejem... me encanta sentir su contacto con mi piel, en cualquier parte de mi cuerpo. Lo único malo de ello, es que mi piel es extremadamente sensible y delicada, y enseguida se irrita. Imagina cómo será que salgo roja como un cangrejo, un show, palabra. Una vez tuve un amante con una barba perfecta: ni muy tupida, ni muy clara; ni muy larga, ni muy corta; y tremendamente varonil. Me encantaba sentirla cuando me besaba, cuando mordisqueaba mis orejitas, cuando me besaba en el cuello y jugaba a deslizar sus labios sobre mi piel. Me encantaba sentirla bajando lentamente por mi torso, haciéndome cosquillas a medida que se acercaba al ombligo... ¿de qué estaba hablando? se me ha ido el santo al cielo... madre mía, hasta sudores me han entrado jajajaj. El caso es que él era un gilipollas, pero me encantaba cuando no se afeitaba. Me encantaba cuando nos abrazábamos en la cama, me recostaba sobre su pecho y acariciaba su mandíbula. Hubo veces en que me quedé dormida así, acariciando su perfecta barba.
Lo echo de menos, la verdad... a él no, a las barbas. Aunque, bueno, supongo que se me pasará cuando mi nivel hormonal se estabilice... o al menos eso espero. No me gusta andar tan hot xD





Fotos: Tumblr

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aplausos!!!! y de pie mi amiga!!! por aca andamos mas o menos como por allá...yo creo que debe ser la luna, o marte o las mareas ...algo!!!
cariños
mags

Malena dijo...

:D