sábado, 1 de marzo de 2014

Adiós febrero... tanta gloria lleves como paz dejas

Se acabó febrero. POR FIN. No me has traído nada bueno, febrero, reconócelo. Dos operaciones, largos procesos de recuperación, más problemas médicos en la familia y la cancelación de San Valentín que tanta ilusión me hacía. 28 días de pura intensidad adrenalínica, si, toda una aventura. En fin, miremos el lado bueno, se acabó este pésimo mes. Ahora espero con ilusión que marzo vuelva a poner el viento a favor. 

Han pasado cuatro días desde la segunda operación de cordales, y sigo bastante fastidiada. En una de las ocasiones que he tenido que hacer las curas casi imposibles de los puntos, he visto con una mezcla de horror y estupor, que en uno de los puntos inferiores, el cirujano me ha cosido la encía al carrillo. Así que cuando quiero hacer cualquier gesto facial, me retuerzo de dolor. Los primeros días ni siquiera podía abrir la boca, y ahora no es que la pueda abrir mucho pero por lo menos puedo articular palabras. La inflamación de la mejilla donde tengo el punto cogido, es bastante considerable y no disminuye con el paso de los días. Normal... como no va a estar inflamado si tengo un trozo de hilo ahí tirando todo el tiempo... en fin... no sé qué más decir con respecto a esto... 
Me he informado de que es una técnica habitual para evitar desgarros en la encía, pero yo les daba unos cuantos puntos en cierta parte a los cirujanos que siguen este método, a ver si les parece agradable el proceso de recuperación. No hay nada más doloroso y molesto que la cicatrización de los puntos en la boca, pero así, resulta el doble de todo. Y no olvidemos que soy anémica, mis reservas de hierro en la sangre dan risa y pena a partes iguales, con lo cual la cicatrización es mucho más lenta de lo que se considera normal. No hago más que respirar hondo y contar hasta 100, pero es que ya se me están acabando las fuerzas. Llevo dos semanas y media de calvario y lo que me queda por delante...

Uno de los daños colaterales es la alimentación de mierda que me veo obligada a seguir. Lo que, a su vez, provoca una pérdida de peso que a mi me está preocupando. He perdido 5 kilos en dos semanas porque no puedo comer nada más que líquidos, y no olvidemos que todavía me queda por lo menos otra semana más de recuperación y al paso que voy y sin poder abrir la boca, no voy a estar comiendo sólido hasta la segunda quincena de marzo... en fin... ni siquiera es un consuelo porque ese peso lo voy a recuperar en el momento que pueda volver a tomar sólido, pero el hambre que estoy pasando no se lo deseo a nadie. Y la razón por la que eso me preocupa más que nada, es que al ser anémica me siento cada día más debilitada y ya estoy empezando a sentir mareos frecuentes que no me están gustando nada.

Por si esto fuera poco, y para evitar cualquier tipo de complicación por la que no estoy dispuesta a pasar, estoy extremando tanto las precauciones que me aseguro de que cualquier alimento que entre en mi boca, no pueda quedar atrapado tanto en las zonas de sutura como en las zonas que están aún sin cerrar bien de la primera operación (que esa es otra, tengo un agujero todavía ahí que me dan ganas de llorar, en serio). Así que todo lo que tenga textura, no lo como. Fuera. Me evito toda clase de problemas con esta medida tan radical, pero lo prefiero así. El hambre, más o menos, se soporta, pero pasar por tiempo extra de puto infierno porque se ha infectado alguna zona con micro-restos de comida, NO. Y eso es lo más probable que pase porque ni siquiera puedo abrir la boca como para hacer curas en condiciones ni cepillar los dientes. No soporto alargar esta agonía más tiempo, y aunque tenga que matarme de hambre, esto se cura bien por mis ovarios. De modo que todo lo que ingiero es líquido, líquido. Menos mal que eso es sencillo de meter en la boca a través de una pajita, pero no te creas que mover los labios para colocarlos en la pajita y succionar no me duele, que lo hace y bastante. Así que a todo el que me dice que no entiende que esté en el estado anímico en que estoy, es que no está siendo consciente de que arrastro dolor desde el mismo momento en que despego los labios, y aguantar así todos los días, no cualquiera. 

En fin, los días se me están haciendo eternos y las horas interminables. Así que para no tirarme por la ventana, tengo que visualizar el fin de este puñetero infierno y pensar en todo lo que me espera después, como por ejemplo mi 34 cumpleaños y que quiero volver al lado de A porque ya no aguanto más esta distancia y lo necesito mucho. Pero para eso, todavía quedan muuuchos días...


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Animos amogas ...falta poco y ya nunca mas ! par que no te agarre la anemis hacete licuados con verduras de hoja verde y algun citrico... es bueno para fijar hierro :) beso
te dejo algo que me hace reir tontamente jajajja
http://www.youtube.com/watch?v=KwznGu7y8JU
mgs

Malena dijo...

Magui!! me encantó la canción! gracias amiga