Mis circunstancias y yo misma
jueves, 14 de abril de 2022
Que la tierra te sea leve Hiarbas
viernes, 31 de diciembre de 2021
2021: Balance del año
El año más difícil de mi vida finalmente termina. El terremoto que ha supuesto este año, no solo ha sacudido mis cimientos y los de mi familia, sino que también ha abierto grietas profundas en el alma, el corazón y la mente de la mayoría de nosotros.
Uno nunca está preparado para recibir el impacto que supone darte cuenta de que tus seres queridos son mortales y que en cualquier momento, su presencia en tu vida puede verse bruscamente finalizada. Ese es el terror más infinito que he experimentado nunca, y me sigue volviendo el cuerpo del revés cada vez que pienso en ello.
He vivido la primera mitad del 2021 padeciendo covid persistente y la segunda mitad padeciendo un sufrimiento emocional bestial. No han sido pocas las veces que he sollozado diciendo "No puedo más", que me he encontrado al límite de todos mis límites y aún así he tenido que sacar fuerzas para atender a mi madre, cuidarla y ser para ella el hombro al que aferrarse. No era consciente de lo pasada de rosca que estaba, hasta el día en que fui a una revisión rutinaria con mi enfermera y nada más sentarme en la silla de su consulta, me puse a llorar espontáneamente. Ese día fue el día en que me quebré del todo. A partir de ahí necesité ansiolíticos y cuando éstos no funcionaron, me dieron paso a los antidepresivos. Si tengo que ser sincera, no sé cuando empecé a mejorar, pero en algún punto lo hice y sigo pasito a pasito en este camino de recuperación a día de hoy. No sé cuánto camino me queda por delante, pero puedo decir que eso es algo que ya no me preocupa.
Gracias a Dios, la lucha de mi madre va sin prisa pero sin pausa, y eso lo es todo. Es mi todo en estos momentos. Así que tengo que levantarme, sacudirme el polvo y seguir caminando sin perder más tiempo pensando en el tropiezo que he dejado atrás. Ella me necesita... tanto como yo a ella.
-Una cosa que he aprendido este año: nuevas formas de respeto y admiración por mi madre.
-Una cosa que he recordado este año: lo mucho que quiero a mi madre y lo maravillosa que es.
-Una cosa que olvidaré de este año: las cosas banales.
-Una cosa que no olvidaré de este año: la piña que hicimos todos el fatídico día del diagnóstico y cómo ella está luchando como una jabata.
martes, 16 de noviembre de 2021
El mundo es más grande que tu barrio
En algunas ocasiones he oído que alguien echaba mano de esta expresión para enviar un mensaje de apertura a quien no estaba siendo consciente de su estrechez de miras. Apertura no sólo de ojos, sino mental e incluso espiritual.
La última vez que yo la escuché, aunque no iba dirigida a mi, me golpeó colateralmente. En aquel momento yo estaba destruida, era frágil y vulnerable, así que ni siquiera me resistí a dejarme llevar a donde la corriente me arrastró río abajo. Descubrí entonces que, ciertamente, el mundo es más grande que mi barrio. Que hay tantas personas viviendo sus vidas tan alejadas de lo normativo y siendo tan absolutamente válidas, que fue revelador sorprenderme viendo por esa ventanita de YouTube a aquellas personas cuya vida me inspiró. Y tal vez, por qué no decirlo, secretamente en algún rincón de mi interior, me hubiera gustado experimentar por mi misma.
Alanna fue la primera, la que abrió el camino a las que llegaron después, y lo sorprendente es que no podemos estar en sitios más opuestos la una de la otra, pero en algún punto siento que conecto con ella y eso me permite dar rienda suelta a mi lado más piscis.
Nova llegó bastante después, pero también siento que en algún punto, algo de ella conecta conmigo.
jueves, 28 de octubre de 2021
Cosas que hacer antes de morir: revisión de logros
jueves, 31 de diciembre de 2020
2020: El año que vivimos milagrosamente
Y, desgraciadamente, el año en el que muchos otros no pudieron vivir para contarlo. Mi recuerdo emocionado para todos ellos.
Nuestra primera pandemia llegó sin que nadie pudiera haberlo imaginado. Muchas cosas son las que se pusieron de manifiesto y muchas lecciones son las que hemos tenido que ir aprendiendo sobre la marcha. Algunas a un precio muy alto, por desgracia. Pero no me voy a extender mucho, todos estuvimos allí y pasamos por ello, ya sabemos lo que hay al otro lado de ese maldito agujero en que el nos metieron a empujones.
A nivel personal, tanto las lecciones, como el daño que todo esto le ha provocado a mi existencia, no hallo ni cómo procesarlo. En septiembre de 2020 me contagié, sabrá Dios cómo, porque no salía de casa más que para ir al supermercado. Desde el momento en el que me dijeron "Positivo", caí en una espiral de la que todavía no he salido. Gracias a Dios, pasé la enfermedad en casa, lo que no significa que fuera una simple gripe como muchos iluminados se empeñaban en afirmar nada más estallar la pandemia. Sufrí Covid persistente durante 9 meses, y el infierno que ello ha supuesto para mi y para los que me quieren y tuvieron que verme pasar por ello, es too much para ponerme a resumirlo.
A día de hoy, un año después (escribo esto en octubre de 2021 porque no he encontrado el valor antes para ponerme a rememorar todo), las secuelas psicológicas que arrastro han alterado mucho mi calidad de vida. Aunque es justo decir que la culpa de mi situación actual no es del todo de la pandemia, pero ya me dejó bastante tocada cuando la vida y el 2021 vinieron a darme el palo de mi vida. Mi madre fue diagnosticada con un Linfoma no Hodgkin en Junio de 2021...[] solamente quienes han pasado por ello van a poder entender lo que es esto. Por muchas letras que yo gaste aquí, no hay explicación posible que haga justicia a lo que es que te arrastren de repente a la posición de los que luchan por su vida todos los días. Y a quienes tienen que ver a los seres que aman pasar por ello. []
La Malena que soy hoy no es ni la sombra de la que fui. A veces me pregunto si queda algún resquicio de ella en alguna de estas grietas profundas... pero todavía no he logrado dar con la respuesta...
Vivimos de milagro. Y todavía no sé si eso significa algo.